Según las primeras, 36 niños de corta edad, un docente y tres manipuladores de alimentos fueron atendidos por síntomas respiratorios en la escuela Orione, en Puchuncaví, mientras que 40 alumnos más y un docente del colegio de Santa Filomena, en Quintero, sufrieron igualmente mareos y cefaleas.
La escalada de la contaminación en una bahía bautizada por organizaciones como "Greenpeace" como "la Chernobil de Chile" ha obligado a la Secretaría Regional Ministerial de Salud (Seremi) a ordenar el cierre de las escuelas en esta zona asomada al Pacífico en la que se concentran 16 grandes industrias, entre ellas las minera Corporación Nacional del Cobre (Codelco).
Los episodios de intoxicación y envenenamiento se repiten en los últimos años entre las protestas de los habitantes, que denuncian la laxitud de los protocolos anti contaminación y la permisividad y la ineficiencia del Gobierno central en un área considera "zona de sacrificio ambiental".
OBLIGAR A PARAR
En la mañana de este mismo miércoles Marco Morales, alcalde de Puchuncaví, pidió un mecanismo que obligue a parar de la actividad industrial cuando se dispare la contaminación y se produzcan episodios de intoxicación como el de esta semana, que ha obligado a los habitantes a encerrarse en casa y abandonar la vida normal.
Los niveles de dióxido de azufre se quintuplicaron el lunes afectando a unas cien personas, la mitad de ellas escolares, que según responsables de Salud de la región de Valparaíso presentaron sintomatología asociada a cefalea, picor en ojos y garganta, además de nauseas.
El alza obligó al las autoridades locales a decretar la emergencia ambiental y al ministerio de Medio Ambiente, uno de los prioritarios para el nuevo gobierno, a anunciar medidas preventivas.
Morales apuntó también a los gestores de la industria, a los que acusó de mentir y maniobrar para no reducir las emisiones, y propuso tres ejes de acción concretos e inmediatos.
"Aplicar por 48 horas la paralización de los procesos productivos del cordón industrial cuando ocurre un peak de contaminación, cambiar la normativa existente, puesto que no pueden seguir midiendo solamente tres elementos; dióxido de azufre, óxido de nitrógeno y los materiales particulados MP10, porque eso significa que quedan otras 14 empresas del cordón industrial sin medición alguna", explicó.
Y un mecanismo que permita a las autoridades anticiparse y evitar que siga el deterioro de esta área, que en 1958 el gobierno chileno decidió transformar en un polo industrial que hoy alberga cuatro termoeléctricas a carbón y refinerías de crudo y cobre, relegando la agricultura y la pesca tradicional.
Medio siglo después, sus cerca de 50.000 habitantes respiran a diario gases que emiten 16 industrias, que además vierten residuos que envenenan tanto la bahía como al Océano Pacífico.
CODELCO ELUDE LA RESPONSABILIDAD
Horas después, Codelco anunció que ha decidido mantener "la suspensión voluntaria de sus actividades iniciada el lunes" y aseguró que su "División Ventanas implementó de forma inmediata las medidas establecidas por la Superintendencia del Medio Ambiente en su resolución dictada el Marte en relación al episodio ambiental del pasado lunes".
"Según el documento, la empresa espera que durante este impasse "se esclarezcan las responsabilidades tras las intoxicaciones que han afectado a los habitantes de la zona en los últimos días".
"Teniendo presente que el 6 de junio, en los horarios en que aquellas se produjeron, las estaciones de calidad del aire registraron parámetros normales de las concentraciones de dióxido de azufre (SO2), y posterior a ello, la fundición se ha mantenido detenida, sin generar emisiones", justificó.