Nueva Zelanda triplicará el área de protección marítima de Auckland, para salvar su ecosistema

El Gobierno de Nueva Zelanda anunció este miércoles su plan para triplicar el área de protección del Golfo Hauraki-Tīkapa Moana, frente a la ciudad de Auckland, para proteger su frágil ecosistema marino, así como la implementación de medidas como la restricción de la pesca de arrastre de fondo.

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Fotografía de archivo, tomada el pasado 28 de junio, en la que se registró al primer ministro de Nueva Zelanda, Chris Hipkins, en Pekín (China) EFE/Jade Gao

"El Golfo está en peligro y sus ecosistemas sufren presiones inmensas, lo que provoca preocupantes descensos de la vida marina y de las poblaciones de aves marinas", dijo hoy el primer ministro neozelandés, Chris Hipkins, en un comunicado al anunciar el proyecto de ley que presentará al Parlamento de Wellington.

"Hay más contaminación y menos aves", precisó el mandatario al justificar su proyecto de ley para incrementar de 6 % al 18 % el área de protección del Golfo de Hauraki-Tīkapa Moana, que abarca unos 4,000 kilómetros cuadrados de las aguas frente a las costas de Auckland, la ciudad más poblada del país oceánico.

Para ello, el Ejecutivo de Wellington contempla la ampliación o creación de áreas marinas de protección y de zonas para restringir todo tipo de pesca que dañe los hábitats del suelo marino en este golfo, también afectado por el nitrógeno proveniente de las tierras agrícolas, la contaminación, así como los daños causados en décadas pasadas por el dragado del fondo marino, entre otros.

El Golfo, cuyos nombres maoríes significan viento septentrional y mar triste, es el hogar o paso migratorio decenas de especies de mamíferos marinos, entre ellos delfines y cetáceos, así como de especies de aves en estado crítico o en peligro de extinción como los endémicos kiwis, takahe o los petreles de rostro gris.

Además tiene un gran valor histórico y cultural para los maoríes, quienes lanzaban desde diversos puntos sus canoas de exploración y migración y consideran que sus aguas están habitadas por seres mitológicos.

"También es una fuente esencial y tradicional de alimentos, y una parte vital de nuestra economía para los sectores del turismo, el transporte y el marisco", precisó Hipkins.