La normativa se aplica solo a los navíos que tienen la capacidad de conectarse a las tomas de suministro en tierra, y solo en puertos donde exista conexión a la red, es decir, los de Red Hook y Midtown Manhattan.
"Los cruceros atracados en los terminales de la ciudad normalmente tienen funcionando motores de diésel mientras fondean, generando emisiones nocivas que tienen un impacto sobre las comunidades vecinas", dijo el Consejo en un comunicado.
Además, la nueva norma también obliga a la Corporación para el Desarrollo Económico de Nueva York (EDC, en inglés), que se dedica a invertir en infraestructuras y proyectos urbanísticos, a diseñar planes para mitigar el tráfico en los barrios cercanos a los puertos de la ciudad.
"Esta es una victoria liderada por la comunidad que lleva gestándose años, un paso para corregir errores históricos", dijo la representante municipal Alexa Avilés, que representa al distrito 38, en Brooklyn.