Se calcula que quedan en el mundo 800 ejemplares del "diceros bicornis" oriental, una población que fue diezmada por la caza indiscriminada y furtiva desde la década de los años 70.
A partir de entonces comenzó en Dvur Kralove, a unos 150 kilómetros al este de Praga, un programa de preservación orientado a esta subespecie, que supuso el envío a Europa de trece ejemplares jóvenes, que ha permitido que nacieran desde entonces 39 ejemplares.
Esto ha permitido al zoo devolver muchos de estos animales a su hábitat natural, en reservas de Ruanda y Tanzania.
Dvur Kralove vio en el último año el nacimiento de tres nuevos animales, la mitad de los nacidos en el mundo en cautividad.
Magashi nació con 36 kilos y sus progenitores son Maisha, una hembra procedente de Dvur Kralove y que parió por cuarta vez, y Embu, un macho semental que llegó en 2020 del zoo de Chester (Inglaterra).
El pequeño rinoceronte "gana cada día un kilo de peso y cuando tenga un año pesará unos 500 kilos", declaró a EFE su cuidador.
De momento depende de la lactancia de su madre, aunque también recibe trozos de fruta y vegetales, convenientemente troceados.
Durante un año y medio Magashi y su madre compartirán techo en su cubículo, aislados del resto del colectivo.
A partir de entonces la cría podrá compartir con los demás los espacios de salida, con un colectivo que actualmente se compone de quince animales.