La Eurocámara pospone al 27 de junio la votación de la Ley de Restauración de la Naturaleza

La comisión de Medioambiente del Parlamento Europeo se vio hoy obligada a posponer al próximo 27 de junio el final de una votación crucial sobre la controvertida Ley de Restauración de la Naturaleza que se demoró más de tres horas e impedía arrancar los votos en el pleno de la Eurocámara.

Etiquetas: 

Pero sí dio tiempo a votar en la comisión parlamentaria una moción para retirar el texto presentada por el Partido Popular Europeo (PPE), que resultó rechazada por el mínimo absoluto, además de una gran mayoría de enmiendas, que se votaron una a una.

"A pesar de la intensa campaña del boicot del Partido Popular Europeo, hemos conseguido salvar la Ley de Restauración de la Naturaleza en la UE", tuiteó el ponente del texto en la Eurocámara, el español César Luena (PSOE), tras esa victoria parcial que prosperó gracias a un pacto entre socialdemócratas, verdes, liberales y la izquierda frente a democristianos y extrema derecha.

Propuesta por la Comisión Europea, la Ley de la Restauración de la Naturaleza busca reparar el 20 % de los ecosistemas dañados en 2030, se alinea con los acuerdos de la Conferencia de Biodiversidad de Naciones Unidas y tiene gran carga simbólica dentro del Pacto Verde Europeo.

No se esperaba que generase tanta controversia, pero se ha convertido en un ensayo general de la estrategia del líder del PPE, el alemán Manfred Weber, de acercarse al electorado ultranacionalista a costa de la agenda verde del Ejecutivo comunitario que preside su compatriota y compañera de filas Ursula von der Leyen.

Este jueves, la comisión parlamentaria de Medioambiente analizaba sólo el proyecto de mandato negociador de la Eurocámara, borrador que tendrá que respaldar el pleno del hemiciclo en julio.

Al texto que salga el 27 de junio del segundo tramo de la votación de la comisión se le añadirán enmiendas antes de llevarlo al hemiciclo, donde se espera de nuevo un resultado ajustado.

Los Estados miembros, por su parte, también tienen que consensuar su propia posición en el Consejo, probablemente en una reunión de ministros de Medioambiente el próximo martes.

Sólo entonces ambas instituciones y la Comisión Europea podrán negociar la versión definitiva de la pieza legislativa, durante la presidencia rotatoria del Consejo de la UE que España asumirá en julio.

A un año de las elecciones europeas de 2024, tras las que se renovarán los puestos de poder en Bruselas, Weber ha convertido la normativa sobre biodiversidad en un punto de inflexión de la agenda verde, lo que explica que haya generado tanto revuelo pese a encontrarse en un temprano estadio de la tramitación.

El PPE se ha alineado con los partidos ultranacionalistas y con el Comité de Organizaciones Agrarias y Cooperativas comunitarias (Copa-Cogeca) para pedir a la Comisión Europea que retire la propuesta.

Argumentan que marca unos objetivos inalcanzables para los campesinos, compromete la seguridad alimentaria, elevará el precio de los alimentos y entorpece el despliegue de renovables.

Los grupos políticos que respaldan la ley, las plataformas ecologistas y la comunidad científica, en cambio, sostienen que la restauración otorga prioridad a paneles solares y turbinas eólicas y que beneficiará a los agricultores, pues recuperará poblaciones de insectos polinizadores y generará resiliencia frente al cambio climático.

ALTA TENSIÓN

El borrador parlamentario había sido rechazado por las comisiones de Agricultura y de Pesca, cuya opinión era solo consultiva, y llegaba con mucha expectación este jueves a la comisión competente, la de Medioambiente, entre acusaciones cruzadas de "chantajes" y "amenazas" para condicionar el voto de los parlamentarios.

Eurodiputados que no pertenecían a la comisión, asesores y funcionarios se agolpaban en las paredes, sin una silla desde la que ser testigos de un voto tenso, con la sala inusualmente llena para una sesión tempranera de una comisión parlamentaria que no toma una decisión vinculante.

Tan abarrotada estaba que en la primera prueba de voto, en la que se comprueba que se ha alcanzado el cuórum necesario, se excedía el máximo de votantes por la sobrerrepresentación de populares y conservadores.

Costó cuatro intentos dejar el número de votos en los 88 escaños necesarios.

El presidente de la comisión parlamentaria, el francés Pascal Canfin, trataba de suavizar la tensión con bromas a sus compañeros, pero la cara de algunos eurodiputados verdes, como la alemana Terry Reintke, no se relajó hasta que la sala rompió en un estruendoso aplauso al ver que la enmienda a la totalidad quedaba rechazada por el más absoluto mínimo, un empate a 44.

Era la primera bola de partido. Después se irían aprobando o rechazando las enmiendas una a una, entre aplausos esporádicos de los eurodiputados, hasta que tuvo que aplazarse el final de la sesión, sin que se sepa aún si se aprueba o se rechaza el texto al completo.

Aunque el mayor escollo está en el Parlamento Europeo también existe división entre los Estados miembros, aunque se espera que alcancen una mayoría cualificada el martes.