"En principio, una solicitud de asilo sólo puede presentarse en el país en el que se solicita", señaló el ministro de Exteriores francés, Jean-Noël Barrot, en una entrevista con la radio pública France Inter.
Pese a eso, Barrot aseveró que el Ejecutivo, incluido el presidente de la República, Emmanuel Macron, sigue "muy atentamente" el caso de Watson, fundador de la organización Sea Shepherd, y que la petición se está analizando.
Este jueves ya había evitado pronunciarse de manera clara sobre el caso la portavoz del Gobierno francés, Maud Bregeon, al apuntar que no es una cuestión que estuviera "cerrada" a día de hoy, a pesar de reiterar su "profundo respeto" y admiración por la causa que defiende Watson.
Esas declaraciones llegaron después de que Sea Shepherd, la organización de defensa de las ballenas fundada por Watson, anunció el miércoles que el activista canadiense había solicitado oficialmente asilo político al presidente Emmanuel Macron a través desde una carta redactada desde la cárcel.
Watson, de 73 años y que durante su vida ha pasado periodos en Francia, lleva detenido desde el 21 de julio en Groenlandia, un territorio autónomo de soberanía danesa.
Su arresto se produjo a raíz de una acusación japonesa por un incidente de 2010, cuando el ballenero japonés Shonan Maru II abordó y destruyó el pequeño trimarán privado Ady Gil, del activista Pete Bethune, poniendo en riesgo la vida de sus seis tripulantes.
Para Sea Shepherd, Watson está acusado de hechos inexistentes, ya que las imágenes de vídeo del suceso muestran claramente cómo el buque ballenero es el que embiste a la pequeña embarcación conservacionista.
Pero la Justicia japonesa acusa a Watson, con el que Bethune colabora, por destrucción de propiedad privada, ya que le responsabiliza por el abordaje y por causar daños leves al ballenero, incluso si él no estaba a bordo de Ady Gil.