"Lo más importante de esta cumbre es crear una visión hacia el futuro en la que se incluyan los aspectos de equidad global y justicia climática", resaltó la joven activista ambiental sueca.
La cumbre para un nuevo pacto financiero mundial reúne en París hoy y mañana a dirigentes gubernamentales, instituciones internacionales y representantes de la sociedad civil para sentar las bases de un nuevo sistema de financiación del desarrollo, algo que las jóvenes ponentes consideran "un asunto de justicia".
"Lo único que puede ofrecer el norte global a países como el mío son combustibles fósiles y tuberías de petróleo, que contaminan nuestro aire, destruyen nuestro clima y traen deuda, mientras el beneficio se extrae para los países ricos", denunció Vanessa Nakate, activista ugandesa.
Tanto ella como su colega ruandesa Ineza Grance recordaron a las más de 10 millones de personas que afrontan inseguridad alimentaria en África como consecuencia de desastres climáticos, "ignorados por los medios de comunicación globales".
"Para países como el mío, el estado actual de las cosas es una condena a muerte. Estoy aquí para recordarles que nuestra supervivencia no es negociable", defendió Grance.
También apuntaron el aumento de la persecución a los activistas climáticos, un asunto especialmente acusado en Filipinas, país que en 2020 se posicionó como el primero en el continente asiático y el tercero a nivel mundial en defensores medioambientales asesinados.
"Los contaminadores y aquellos que los protegen no están solo robando a nuestra generación un presente y un futuro seguros a través de los impactos climáticos, sino también a través de asesinatos, masacres, acoso y secuestros", aseguró la activista filipina Mitzi Jonelle Tan.
Tan recordó específicamente a la familia de Emilda y Billy Fausto y sus dos hijos, recientemente asesinados por las Fuerzas Armadas Filipinas, según fuentes opositoras.
"Los activistas están siendo sistemáticamente intimidados con represión y están pagando el precio de defender la vida y el derecho a la protesta", añadió Thunberg.
La ecuatoriana Helena Gualinga puso sobre la mesa los derechos de los pueblos indígenas en el continente americano, que "viven con los efectos de la industria petrolera".
"Estamos en primera línea, no solo con el cambio climático, sino por las décadas de explotación de nuestras tierras".
Gualinga denunció la perpetuación de los "sistemas de violencia" contra los territorios indígenas y demandó "el derecho al consentimiento libre, previo e informado" frente a una intervención en sus tierras, reconocido en la Declaración de Derechos de los Pueblos Indígenas de la ONU.
La ecuatoriana recordó el referéndum previsto para el 20 de agosto en su país, para decidir si se continúa extrayendo petróleo en parte de la cuenca amazónica del país.
"Sería un precedente extremadamente importante que podría replicarse por todo el mundo y debería ser una señal de esperanza de que la gente podrá decidir sobre su propio futuro", resaltó Gualinga.