“Establecer un Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado (NCQG, por sus siglas inglesas) ambicioso es crucial para ampliar la financiación climática a los países en desarrollo, especialmente en África, para hacer frente a la magnitud de la crisis actual”, expresó el director de Programas de Greenpeace África, Murtala Touray, en un comunicado publicado con motivo de la apertura este lunes de la COP29, que se celebra hasta el 22 de noviembre.
El NCQG, que se fijó en el Acuerdo de París (2015), estableció un nuevo objetivo financiero en la COP21 de la capital francesa para apoyar a los países en desarrollo en sus acciones climáticas después de 2025.
Touray añadió que los líderes mundiales deberían tener en cuenta las devastadoras sequías en el Cuerno de África y las catastróficas inundaciones en África occidental y meridional que siguen amenazando la vida, los medios de subsistencia y la seguridad alimentaria del continente.
Las investigaciones muestran, según Greenpeace, que el coste del cambio climático de las economías africanas podría suponer el 15 % del producto interior bruto (PIB) en 2030.
Además, África cuenta con el 40 % del potencial solar mundial, pero sólo recibe el 2 % de la inversión en energías renovables, cuyos proyectos “crean entre tres y cinco veces más puestos de trabajo que los de combustibles fósiles”.
El "inmenso potencial" de los países africanos para liderar la transición mundial hacia las energías renovables se ve socavado por la continua explotación de los combustibles fósiles y la inadecuada financiación para el clima, advirtió el estratega político de Greenpeace, Fred Njehu.
“Nos negamos a que la COP29 se convierta en otra plataforma de promesas vacías, promoción de falsas soluciones y lavado verde”, concluyó Njehu.
La COP29 comenzó este lunes en Bakú con una llamada al mundo para elevar la meta de financiación climática, porque "vamos de camino a la ruina" del planeta, alertó en la inauguración el presidente de la conferencia, Mukhtar Babayev.