En un discurso ante los delegados, el príncipe dijo que el calentamiento del planeta presenta "una amenaza existencial", incluso mayor que la planteada por la pandemia de covid-19.
El primogénito de Isabel II, que siempre ha estado interesado en la protección de la naturaleza, abogó por impulsar una campaña "de estilo militar" para canalizar "la fuerza del sector privado global", con "billones a su disposición".
La aportación de las empresas, que mueven más capital que los gobiernos, ofrece "la única posibilidad real de conseguir una verdadera transición económica", afirmó.
Carlos señaló que muchos países, algunos de los cuales cargan con mucha deuda, no podrán sufragar la innovación necesaria para fomentar una economía verde.
"La escala y el alcance de la amenaza que afrontamos llama a crear una solución global basada en transformar radicalmente nuestra economía fundamentada en los hidrocarburos a otra que sea auténticamente renovable y sostenible", declaró.
El príncipe pidió a los Estados "unirse para crear un ambiente que permita a todos los sectores industriales tomar las medidas necesarias".
Carlos participará esta noche, junto con su esposa, Camilla y los duques de Cambridge, Guillermo y Catalina, en una recepción con motivo de la inauguración oficial hoy de la COP26, que reúne a unos 120 líderes mundiales para tratar de consensuar un plan para limitar a 1.5ºC el calentamiento del planeta este siglo.
Después de una cumbre entre los dirigentes que concluirá el martes y marcará la línea política, proseguirán las negociaciones oficiales hasta el 12 de noviembre.
Los objetivos de la COP26 son incrementar las medidas para reducir las emisiones de carbono en 2030 de cara a un cero neto en 2050 y consensuar un plan de futuro hacia el objetivo de 1.5ºC; aumentar la financiación para apoyar a los países pobres y finalizar el marco normativo del Acuerdo de París.
Sin embargo, el primer ministro británico, Boris Johnson, ya ha advertido de que será difícil llegar a un pacto radical, después de que importantes países como China, Rusia y la India no hayan elevado sustancialmente sus objetivos de reducción de emisiones.