"Podemos sentirnos animados por la reducida mortalidad invernal de las abejas en varios de los países que más acogen", explicó el comisario de Salud de la UE, Tonio Borg, quien advirtió también de que algunas naciones "muestran una elevada mortalidad invernal" de estos insectos.
Las abejas juegan un papel importante en la polinización de los cultivos, por lo que la disminución de sus poblaciones en los últimos años había despertado preocupaciones en términos económicos y de abastecimiento alimentario. El año pasado, la Comisión Europea prohibió cuatro pesticidas por sus efectos dañinos para las poblaciones de abejas.
El estudio presentado hoy, llevado a cabo en el invierno de 2012-2013, muestra una clara división entre las poblaciones de abejas del norte y el sur de Europa.
Menos del 10 por ciento de las abejas murieron durante ese invierno en Grecia, Italia, España, Hungría y Eslovaquia, una tasa de mortalidad considerada aceptable. Sin embargo, en Dinamarca, Suecia, Finlandia, Estonia y Reino Unido esa cifra se elevó por encima del 20 por ciento, el límite por encima del cual se consideran tasas inaceptables.
Bélgica registró la mayor tasa de mortalidad, con un 33.6 por ciento, mientras que Lituania experimentó la menor, con sólo el 3.5 por ciento.
El estudio se centró en 32,000 colonias de abejas controladas, pero no incluye a las abejas salvajes, cuya situacion es "más preocupante", según Borg. "Las abejas salvajes son polinizadoras clave en muchos ambientes y pueden ser particularmente vulnerables", explicó el comisario.
Ya se está llevando a cabo una repetición del estudio en los 17 países que participan en el mismo. (DPA)