Zelaya partió después del mediodía de este sábado del Aeropuerto Internacional de Managua, donde fue despedido con honores por el gobernante nicaragüense, Daniel Ortega.
En principio se informó que Ortega acompañaría a Zelaya a Tegucigalpa, pero finalmente será el embajador del país en Honduras, Mario Duarte, quien lo representará en el recibimiento oficial que tendrá el exgobernante en su país.
Zelaya, de 58 años, viajó acompañado por su esposa, Xiomara Castro; dos de sus hijas, varios de sus exfuncionarios, además del canciller venezolano, Nicolás Maduro; el expresidente panameño Martín Torrijos, y la exsenadora colombiana Piedad Córdoba.
Durante su alocución de despedida en Managua, el derrocado presidente hondureño agradeció a Ortega por acogerlo "en los momentos más difíciles después de la tragedia del golpe de Estado de Honduras", y "la defensa de la democracia" que hizo.
"Hoy nos sentimos contentos y orgullosos que desde Nicaragua estés retornando a tu tierra", expresó, por su parte Ortega, tras aseverar que el golpe de Estado que depuso a Zelaya estaba dirigido a dividir a América Latina.
Ortega también resaltó que el regreso de Zelaya a su país es una victoria de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), integrada por Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua, Dominica, San Vicente y Las Granadinas, Ecuador, y Antigua y Barbuda.
En declaraciones a medios oficiales nicaragüenses momentos antes de su viaje, Zelaya dijo que el retorno a su país tras meses de un exilio que tildó de "tortura" era "una victoria" de la democracia en América Latina.
Indicó además que con su retorno a Honduras iniciará "un nuevo capítulo" en su país, que permitirá dejar atrás "la experiencia violenta y terrorista" abrirá el camino al diálogo, a la paz y a la diplomacia.
Zelaya es esperado en Tegucigalpa por personalidades políticas de la región y por miles de seguidores suyos que, convocados el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), se encuentran desde temprano frente al Aeropuerto Toncontín para darle la bienvenida.
Entre quienes lo esperan está el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, y la canciller de Colombia, María Ángela Holguín, que llegaron ayer a Tegucigalpa.
Insulza y Holguín se reunieron este viernes con el gobernante hondureño, Porfirio Lobo, para hablar sobre el reingreso de Honduras al organismo hemisférico, que se espera sea decidido en una Asamblea General Extraordinaria prevista el próximo 1 de junio.
La OEA suspendió a Honduras una semana después del derrocamiento de Zelaya porque no se le restituyó en el gobierno.
El exgobernante fue expulsado de su país el 28 de junio de 2009 por militares cuando promovía una consulta popular para reformar la Constitución no prevista en las leyes.
El regreso del exgobernante se concretará gracias al acuerdo que él firmó con Lobo el domingo pasado en la ciudad colombiana de Cartagena, con la mediación de los Gobiernos de Colombia y Venezuela.