Yahoo y la muerte de la confianza del usuario

Noticias de esta semana sugieren que la compañía ayudó al gobierno de Estados Unidos a escanear los correos electrónicos que recibían los clientes de Yahoo, en lo que supone una masiva violación de la privacidad de cientos de millones de cuentas.

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Citando información de varios ex empleados de Yahoo, Reuters reportó que Yahoo desarrolló un programa personalizado para rastrear todos los correos entrantes de sus usuarios en busca de una serie específica de caracteres en respuesta a una orden confidencial del gobierno estadounidense. Los detalles de la petición de Estados Unidos no están claros, como tampoco lo está su base legal. En cualquier caso, este incidente subraya que las reformas del programa de vigilancia de Estados Unidos tras las revelaciones del ex contratista de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, por sus siglas en inglés) Edward Snowden no han ido lo suficientemente lejos como para prevenir la vigilancia masiva y desproporcionada.

Lo sucedido también desacredita la oposición pública y privada de Yahoo a la vigilancia estadounidense. Yahoo ganó respeto cuando documentos previamente clasificados revelaron que, ya en 2008, desafió órdenes de vigilancia por motivos de seguridad nacional, aunque su oposición no tuviera éxito. Sin embargo, en esta ocasión, la presidenta ejecutiva Melissa Mayer y otros ejecutivos no plantaron cara al gobierno, según los informes, y secretamente ordenaron a sus ingenieros cumplimentar las peticiones del gobierno. Los informes sugieren que estas acciones provocaron que el entonces director ejecutivo de Seguridad de la Información abandonara la compañía en protesta.

En caso de ser verdad, estas acciones ponen en tela de juicio las afirmaciones de la compañía en su informe de transparencia de que luchará “contra cualquier solicitud que consideremos poco clara, inadecuada, demasiado amplia o ilegal”, así como los compromisos de derechos humanos que contrajo para proteger la privacidad.

Yahoo emitió un comunicado calificando el artículo como “engañoso” y afirmó que el “rastreo de correos descrito en el artículo no existe en nuestros sistemas”. Sin embargo, la respuesta de la empresa no explica qué aspectos son engañosos, ni excluye la posibilidad de que la empresa haya llevado a cabo búsquedas masivas para el gobierno de Estados Unidos en el pasado, incluso si no lo está haciendo actualmente.

Los usuarios de otros servicios de correo electrónico estadounidenses no deberían sentirse demasiado optimistas, ya que es posible que el gobierno haya dado órdenes similares a otras compañías. En caso de ser así, es probable que tengan prohibido hablar de ellas bajo amplias órdenes “mordaza” que el gobierno reflexivamente impone en estas situaciones. De todas maneras, varias empresas, entre ellas Google, Microsoft, Twitter y Facebook, emitieron declaraciones cuidadosamente formuladas, en las que algunas afirman que lucharían contra cualquier petición de ese tipo en caso de recibirla.

Estas empresas operan a nivel mundial en muchos entornos políticos difíciles, donde los tribunales no ejercen un juicio independiente y la litigación puede ser inútil. Pero Estados Unidos no es uno de esos lugares. Al gobierno de Estados Unidos todavía le queda  mucho trabajo por hacer para garantizar que los abusos de la privacidad puedan ser identificados y remediados. Por un lado, debería explicar al público en qué consiste este programa y cuál es su fundamento legal. Mientras tanto, las empresas de tecnología deberían agotar todas las vías disponibles para desafiar legalmente las prácticas de vigilancia invasiva de la NSA, así como luchar por su capacidad de revelar a sus clientes los abusos de privacidad que comete Estados Unidos

A mediados de este año, Yahoo anunció su venta a Verizon, marcando el final de uno de los primeros gigantes corporativos de la web. Para los cientos de millones de usuarios de Yahoo, las alegaciones de esta semana marcan un final más deshonroso para la credibilidad de Yahoo. Otras compañías de tecnología deberían tomar nota.

Fuente: Human Rights Watch