La concentración se produjo un día antes de que arranque el juicio oral contra el párroco Silvestre Olmedo, acusado de acosar sexualmente a Alexandra Torres, la coordinadora juvenil de su grupo pastoral, durante una reunión en el despacho de su iglesia de la ciudad de Limpio (Gran Asunción) en 2017.
Las jóvenes de la Plataforma de Universitarias Feministas de Paraguay envolvieron sus cuerpos en una tela opaca, de la que no podían zafarse, para representar el papel de las víctimas, cuando no reciben el apoyo de las instituciones.
Con las piernas, los brazos e incluso las uñas, las universitarias intentaron despojarse del velo negro que las cubría por completo y con el que han querido representar la invisibilidad de las denuncias por acoso en la justicia paraguaya.
"La idea es simbolizar de alguna manera cómo se articulan las autoridades de la Iglesia y de la Justicia para encubrir un montón de casos de denuncias que no pueden salir a la luz", relató a Efe Coralí Arbo, una de las portavoces del movimiento.
Con su "performance", las jóvenes quieren "darle su respaldo" a Torres por su "valentía" al emprender un litigio judicial contra el párroco, a pesar de que "recibió mucha presión de la comunidad católica".
Asimismo, la portavoz criticó la actitud del arzobispo de Asunción, Edmundo Valenzuela, por haber "minimizando" las acusaciones, cuando le pidió a la víctima que "no haga una montaña de una piedrita".
Arbo también señaló directamente a la Justicia paraguaya por formar parte de un "sistema machista" que ralentiza los juicios cuando las denuncias las interponen "mujeres que están cuestionando a hombres que están en espacios de autoridad".
Este viernes arrancará el juicio oral contra Olmedo por el delito de acoso sexual, tipificado con una pena máxima de dos años de cárcel, y en el que participarán 12 testigos, según informó a Efe la abogada de la acusación particular, Sonia Von Lepel.
Se le acusa de haber acariciado la espalda de Torres y de haber manoseado sus pechos durante un encuentro en su oficina de la parroquia, lo que obligó a la joven a abandonar su labor como coordinadora de la pastoral.
En la sala, tendrá que testificar el arzobispo asunceno y los tres párrocos que participaron en la investigación interna de la Iglesia, a la que Torres acudió antes de elevar el caso a la justicia ordinaria.
Según Von Lepel, las autoridades eclesiásticas aplicaron una medida de aislamiento contra el párroco, pero no procedieron a analizar en profundidad el caso que calificaron como un "acto indeterminado".
Por esa razón, la acusación particular estudia abrir una nueva causa para exigir daños y perjuicios a la Iglesia católica, en caso de que la Justicia le de la razón a la víctima.
Entre las pruebas del juicio, también figura un nota de audio, en la que Olmedo presuntamente confesó su delito y que fue grabada por los compañeros del grupo pastoral en una conversación privada con el cura, según indicó Von Lepel.
No es la primera denuncia judicial por acoso en la que se ve envuelta la institución, después de que el docente de la Universidad Católica de Asunción, Cristian Kriskovich, fuera denunciado en 2014 por una alumna en un caso que finalmente se desestimó.