Los Veintisiete ganaron ayer una batalla legal que reafirmó su posición contra países como Estados Unidos, Canadá, China o Brasil que se oponen a la inclusión de la aviación en el sistema de derechos de emisiones (ETS) europeo, que obliga a los aviones a pagar por cada tonelada de dióxido de carbono (CO2) que liberen a la atmósfera.
El Tribunal de Justicia de la Unión Europea falló en contra de un recurso presentado por aerolíneas norteamericanas, al considerar que esta medida no viola el Derecho internacional y que las naves que tocan suelo europeo están sujetas a las normativas locales, por lo que deben pagar.
El gobierno de Estados Unidos se mostró ayer decepcionado por la decisión de la Corte europea y expresó sus "serias objeciones legales y políticas" a que los vuelos de compañías no europeas se vean afectados por la medida, mientras que China reiteró su oposición a esta medida que calificó de "unilateral".
Esta visión es compartida por la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA) que afirmó que el ETS "no es el camino a seguir" y consideró que el "éxito de los planes de Europa dependerán de cómo lo aceptarán legal y políticamente los Estados no europeos".
En cambio, en la Unión Europea se extendieron ayer las muestras de satisfacción y las advertencias a los países reticentes para que acaten la decisión judicial y cumplan la ley europea.
En este sentido, la Comisión Europea (CE) recordó hoy en un comunicado que el Tribunal de Justicia Europeo ha reconocido "claramente" la legalidad de la medida, ya que se aplica a los vuelos que operen en aeropuertos europeos y no a aquellos que solo sobrevuelen su territorio.
El Ejecutivo europeo recalcó también que la inclusión de todos los aviones, aunque no sean europeos, en el sistema ETS no quiebra la soberanía de terceros países y que la medida no supone la imposición de una tasa sobre el combustible, ya que no penaliza lo que el avión consume, sino la cantidad de CO2 que emite.
Además, la CE señaló que la Corte con sede en Luxemburgo sostiene que la medida no es contraria a ningún acuerdo internacional.
La sentencia de ayer es un avance, pero no una solución, al enfrentamiento internacional en torno a la inclusión de la aviación en el mercado de emisiones.
La comisaria europea de Acción por el Clima, Connie Hedegaard, se mostró dispuesta a entablar conversaciones con los países más reticentes durante la aplicación de la normativa, un paso reclamado desde Pekin que instó a la UE a "solucionar el problema mediante consultas".