Sur de Chile se convierte en un pequeño México durante tres días

Chanco, una pequeña localidad distante 400 kilómetros al sur de Chile, se convierte en un pequeño México una vez al año durante los tres días de celebración del Festival del Cantar Mexicano Guadalupe del Carmen.

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Niños, jóvenes y adultos llegaron hasta la medialuna de Chanco acompañados de sombreros charros y otras vestimentas típicas mexicanas para ser parte de uno de los festivales de música más importante de Chile.

“Es una costumbre de este sector de Chanco, nosotros durante esta semana de Festival, no sentimos un poco mexicano”, comentó uno de los seis mil asistentes que asistieron cada noche al certamen que se realiza en la tradicional medialuna de la localidad.

La música mexicana se toma el sur de Chile durante todo el año, las emisoras locales en la gran mayoría de su programación tocan rancheras y corridos, entre otros. Es una tradición que va de generación en generación, dijo.

Una asistente al Festival Guadalupe del Carmen, señaló que “acá en el sur se escucha mucho la música mexicana. Mi papá es camionero y para ellos es una tradición escucharla, es de familia el gusto por esa música”.

Hace más de 60 años, con la llegada de las películas mexicanas a Chile, la música mexicana se convirtió en habitual del sur chileno y lejos de pasar de moda cada día es más actual, niños muy pequeños corearon todas las canciones de este Festival.

En localidades apartadas del sur de Chile, donde más se escucha la música de México, el sentido de las canciones permite a los habitantes de los campos chilenos identificarse con sus letras.

El historiador chileno Gabriel Salazar comentó que este estilo musical marcó a muchas generaciones debido a que las letras sufridas de las rancheras identifican al trabajador común, que se esfuerza por prosperar sin importar cuanto haya que esforzarse.

El público que llegó hasta la medialuna comparte el pensar del historiador: “Especialmente en las zonas agrícolas, el cine y la música mexicana, ha calado muy hondo en la mentalidad y la cultura del campo en Chile, este tipo de festivales nos acerca a la cultura de México”.

La cantante chilena radicada en México, Caro Molina, comentó que “en México no me creen que acá en Chile les gusta tanto la música mexicana, yo siempre explico que es parte del folclor, qué lindo que sea así porque finalmente demostramos que somos hermanos como países”.

Respecto a la competencia del Cantar Mexicano, más de un centenar de cantantes aficionados de todo el país entran en una preselección, donde sólo 14 llegan a los tres días finales.

Miguel Lara, quien fue el ganador, con la canción “Cuatro gallos mexicanos” manifestó sentirse feliz de ganar. “Gracias a Dios que se dio todo para que me pudiera llevar la Guadalupe del Carmen (Premio que se le entrega al ganador de la competencia) a la casa”.

Comentó que su pasión por la música mexicana “comenzó por mis papás, ellos me inculcaron este estilo de música, y además que en las zonas rurales se escucha, yo desde muy niño me sentaba a mirar la televisión y veíamos y escuchábamos música mexicana, me crié con ella”.