"Criticamos décadas de inactividad de la Justicia alemana y su falta de interés en lograr justicia", señaló Christoph Heubner, miembro del llamado Comité Internacional de Auschwitz, una unión de las organizaciones que representan a los supervivientes.
El organismo lanzó sus reproches un día antes de que comience en Alemania un mediático juicio contra Oskar Gröning, de 93 años y ex miembro de las SS nazis acusado de complicidad en el asesinato de 300,000 personas por su trabajo en el campo de Auschwitz.
Desde la condena en 2011 a John Demjanjuk, ex guardia del campo de Sobibor, la Justicia ya no exige pruebas de una implicación directa en crímenes para iniciar procesos de este tipo: basta con que el acusado haya trabajado en un campo para considerarlo cómplice.
Los abogados Thomas Walther y Cornelius Nestler, representantes de 53 de los 62 querellantes en el juicio, consideraron sin embargo que la Justicia pudo seguir siempre ese principio, también antes del caso de Demjanjuk.
"Se suspendieron procesos sin justificación", criticó Nestler. "Por ejemplo, un juicio contra Gröning suspendido en 1985 no se reanudó en 2005 con el argumento de que el guardia de las SS había sido irrelevante en el asesinato de cientos de miles de judíos".
Eva Pusztai-Fahidi, superviviente de Budapest, explicó que el reclamo de la víctimas "no es por venganza". "Importa menos la pena que el juicio. Es importante que la sociedad se entere", señaló.
Otra superviviente de Toronto, Hedy Bohm, opinó algo similar: "Para la justicia nunca es demasiado tarde. Mejor tarde que nunca", sostuvo. "Prestar testimonio aquí es lo mejor que podemos hacer".
Pese a las críticas, Heubner resaltó la importancia del juicio que comenzará mañana, posiblemente uno de los últimos grandes procesos por los horrores de Auschwitz.
"Setenta años después del fin de sus sufrimientos en Auschwitz, los supervivientes esperan este juicio con gran interés y angustia", señaló hoy. "Durante mucho, mucho tiempo esperaron la oportunidad de ser testigos en una tribunal alemán".
El campo de Auschwitz-Birkenau, creado por los nazis en el sur de Polonia tras invadir el país en 1939, está considerado el símbolo mayor y más dramático del Holocausto. Más de un millón de personas fueron ejecutadas en sus instalaciones, la mayoría judíos, hasta su liberación por las tropas soviéticas el 27 de enero de 1945. (DPA)