El consultor en intervención en suicidios Gary McConahay señaló a The Korean Times su asombro por las medidas que esta nación ha tomada ante la pandemia de influenza humana, mientras no ha visto algún cartel que disuada a la gente de suicidarse.
El experto llegó a Seúl para la conferencia internacional sobre suicidio organizada por el ministerio surcoreano de Salud, Bienestar y Asuntos Familiares, con el cual conmemoró el Día Mundial de Prevención del Suicidio, el pasado día 10.
En este país asiático el suicidio fue la cuarta causa de muerte durante el 2008, luego del cáncer, enfermedades cerebrales y del corazón, mientras la cifra total de intentos de quitarse la vida es de ocho a 10 veces superior al de muertes confirmadas.
Datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) señalan que la tasa de suicidios en 2008 fue de 26 por cien mil habitantes, la más alta en los países industrializados y más de dos veces que el promedio mundial.
McConahay recordó que Corea del Sur estaba en el promedio mundial hace 10 años, pero ahora ha doblado esa cifra, que contrasta con la de Estados Unidos, que desde hace años se mantiene en diez a once por cada 100 mil habitantes.
Advirtió de la probabilidad de que la incidencia aumente ante el envejecimiento de la población y su creciente tasa de divorcios, pues los expertos estiman que el suicidio es más frecuente en la vejez que en la juventud y en los divorciados que entre los casados.
El reporte de The Korean Times coincidió este lunes con el llamado a la calma del presidente surcoreano Lee Myung-bak ante la expansión de la influenza humana, que este domingo cobró su séptima víctima.