Socios de Merkel rebajan polémica norma de alemán para inmigrantes

Los conservadores de la Unión Cristianosocial (CSU), versión bávara del partido de la canciller Angela Merkel, intentaron rebajar hoy un polémico proyecto para obligar a los inmigrantes a hablar alemán en sus casas después de que el plan generara burlas y estupor dentro y fuera de Alemania.

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"Cada uno debe hablar en casa lo que quiera", señaló hoy Peter Gauweiler, vicejefe de la CSU, después de una reunión de la cúpula del partido en Múnich.

La propuesta figuraba en una moción que debía ser discutida en el congreso de la CSU el próximo fin de semana. "Quien quiera radicarse aquí de forma duradera deberá ser obligado a hablar alemán en los espacios públicos y en la familia", señalaba el borrador.

Tanto Gauweiler como Gerda Hasselfeldt, portavoz parlamentaria de la CSU, admitieron hoy que la frase debe modificarse.

"Tenemos que volver a pensar un poco su formulación", sostuvo Hasselfeldt, que sin embargo defendió el objetivo de fondo de la idea. "Es indiscutible que la lengua es lo más importante para la integración", remarcó.

La frase filtrada el viernes desató el fin de semana críticas de todo el arco político, incluidos miembros de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel, y una ola de burlas en las redes sociales.

La Comunidad Turca en Alemania calificó de "absurda" la idea y pidió a Merkel "poner fin al despropósito".

"Lo privado sigue siendo privado", sentenció Thomas Strobl, vicejefe de la CDU, en diálogo con la agencia dpa. El proyecto también irritó a los socialdemócratas, socios en el gobierno de Merkel. "Sería desopilante si no fuese peligroso", dijo la secretaria general del partido, Yasmin Fahimi.(DPA)