"En el futuro no excluiremos ninguna coalición de forma categórica", reza una propuesta que será presentada por la cúpula del SPD a las bases del partido en el congreso de esta semana en Leipzig.
Los dirigentes del SPD se negaban hasta ahora de plano a gobernar con la formación integrada por poscomunistas y ex correligionarios desencantados, especialmente por las diferencias con estos últimos.
El jefe del grupo parlamentario de La Izquierda, el carismático Gregor Gysi, celebró el viraje de los socialdemócratas. "Pero como siempre pasa con el SPD, llega casi demasiado tarde", lamentó.
Según los analistas, el giro hacia la izquierda es consecuencia del magro resultado obtenido por el SPD en los comicios generales del 27 de septiembre. Los socialdemócratas obtuvieron un 25,7 por ciento y fracasaron por tercera vez en el intento de llegar al poder de la mano de Los Verdes.
"Queremos posicionarnos como un partido reformista de izquierda, como un partido popular de izquierda, que no quiere descartar ninguna coalición excepto con los populistas de derecha y los partidos de extrema derecha", anunció la secretaria general de la agrupación, Andrea Nahles.
Al mismo tiempo, los socialdemócratas supeditaron la formación de una coalición con La Izquierda a "que esté garantizada una política europea y exterior responsable en el marco de nuestros compromisos internacionales".
El SPD considera que éste no es el caso de La Izquierda, que tacha de poco seria en asuntos de política europea y financiera. La Izquierda fue el único partido que no votó en el Parlamento a favor de los rescates europeos, alegando que beneficiaban a los bancos y no a los ciudadanos.