Según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), el epicentro se situó al noroeste de San Francisco, en mar abierto y a unos 80 kilómetros de la ciudad costera de Eureka. El hipocentro se ubicó a 10 kilómetros de profundidad.
Se registraron varias réplicas, entre ellas una de magnitud 4.6. Los efectos se sintieron en gran parte del norte de California e incluso en el vecino estado de Oregon. Según el servicio meteorológico estadounidense, NOAA, no se espera que pueda haber amenaza de tsunami tras el movimiento telúrico.
Policía y bomberos no tuvieron por el momento noticia de heridos o daños graves, informó "Los Angeles Times". Vecinos de la zona hablaron a través de Twitter de largos temblores, que hicieron saltar las alarmas de los automóviles.