Los ejercicios tuvieron lugar en aguas cercanas a la isla de Jeju, en el suroeste de la península, entre el lunes y este miércoles con la participación de nueve buques de los tres países, entre ellos el portaaviones de propulsión nuclear USS Carl Vinson, según informó el Estado Mayor Conjunto (JCS) surcoreano en un comunicado.
Por parte estadounidense participaron además los destructores USS Kidd y USS Steret y el crucero lanzamisiles USS Princeton, mientras que Corea del Sur desplegó los destructores ROK Sejong El Grande y ROK Wang Geon y Japón su destructor JS Kongo.
Las maniobras reveladas hoy comenzaron un día después de que Corea del Norte realizara un lanzamiento de prueba de lo que afirmó que es un misil balístico de alcance intermedio de combustible sólido armado con una ojiva hipersónica, un nuevo añadido para su arsenal en la que supuso su primera prueba de este tipo de 2024.
"Los ejercicios tienen como objetivo reforzar las capacidades de disuasión y respuesta de las tres naciones contra la amenaza nuclear y de misiles de Corea del Norte", así como contra otras amenazas marítimas, como el transporte de armas, reza el comunicado del JCS.
Estos ejercicios conjuntos son los primeros realizados por Seúl, Washington y Tokio desde que pusieran en marcha un sistema de intercambio de información en tiempo real sobre los lanzamientos norcoreanos y tras acordar el establecimiento conjunto de un plan de ejercicios plurianual para contrarrestar el desarrollo de Pionyang.
Durante la primera jornada del pasado lunes, el almirante Kim Myung-soo, jefe del Estado Mayor surcoreano, visitó el portaaviones estadounidense y resaltó la importancia de las maniobras, prometiendo además intensificar la postura de actuación combinada según lo acordado.
Este nuevo desarrollo armamentístico norcoreano ha intensificado la preocupación y la tensión en la región, pues los proyectiles hipersónicos y de combustible sólido son más maniobrables y están considerados más difíciles de detectar y derribar.
A esa última prueba armamentística se suman además las palabras que pronunció el lunes el líder norteño, Kim Jong-un, que abogó por eliminar en la constitución cualquier referencia a la posibilidad de reunificación con el Sur, al que ha declarado el principal enemigo del país.
El mensaje es el más duro lanzado a Seúl durante su mandato y supone una nueva muestra del hondo giro diplomático por el que está abogando Pionyang.