Según la decisión del IPT (Investigatory Powers Tribunal), un tribunal que supervisa la actuación de los poderes públicos, hasta diciembre de 2014 las prácticas del GCHQ no estuvieron en consonancia con los artículos 8 y 10 de la Carta Europea de Derechos Humanos. Sin embargo, a partir de diciembre no se violó ninguna norma.
El servicio de escuchas recopiló sistemáticamente datos y en el marco de un intercambio utilizó también datos obtenidos por el servicio secreto estadounidense NSA de sus programas de vigilancia Prism y Upstream. En esta práctica se incurrió en ilegalidades.
Las acusaciones salieron a la luz a través del ex informante de la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense Edward Snowden y se publicaron en el diario "The Guardian", entre otros.
Organizaciones como Amnistía Internacional, Liberty y Privacy Internacional -estas últimas defienden la protección de datos-, así como tras siete no británicas, denunciaron esas prácticas.
Es la primera vez en la historia del tribunal, creado en 2000, que se acepta una queja y se reconocen comportamientos inadecuados de los servicios secretos. Por el momento, sin embargo, no habrá consecuencias jurídicas. (DPA)