“Hemos ampliado el apoyo para la reforma migratoria”, señaló Eliseo Medina, al hacer un balance del resultado del recorrido “Ayuno por las familias a través de Estados Unidos”.
Este miércoles arribaron a la capital estadunidense líderes de las iglesias católica, evangélica, judía y bautista, así como los participantes en la huelga de hambre de 22 días en noviembre pasado, luego de visitar 112 ciudades para presentar su causa a los congresistas en sus distritos y realizar ayunos durante el recorrido.
Medina indicó que durante su recorrido recogieron el respaldo de los estadunidenses que expresaron que la reforma migratorio no es un asunto de latinos únicamente sino de toda la población.
“Me deja una tremenda satisfacción (la gira), yo estoy convencido que vamos a ganar porque lo vi en las caras de todas esa gente que tiene su esperanza puesta en una reforma migratoria y están totalmente comprometidos en que vamos a luchar hasta ganar”, dijo Medina.
Resaltó que en el sur del país, en donde la población es tradicionalmente más conservadora, encontró en ciudades como Fort Smith Arkansas, Greenville, Carolina del Sur, o Tuscaloosa, Alabama, gran apoyo para la reforma entre la población no hispana y un fuerte compromiso para presionar a sus congresistas.
Apuntó que los republicanos tiene que adaptarse al cambio sociodemográfico que enfrenta el país porque en 20 años los latinos serán el 30 por ciento del total de la población y agregó que el voto hispano será esencial para ese partido político.
Medina indicó que en 30 y 60 días, si los republicanos no presentan a voto un proyecto de ley en la Cámara de Representantes, “empezarán las conversaciones en nuestra comunidad para las elecciones intermedias de 2014”, agregó.
Durante el mitin el ex dirigente del Sindicato Internacional de Empleados de Servicio y ahora una de las figuras más visibles del movimiento pro-reforma migratoria hizo corear en español, inglés, coreano y vietnamita un “Sí se puede” porque dijo la lucha es conjunta.
Por su parte, Henry Cisneros, ex secretario de Vivienda y Desarrollo Humano, durante el gobierno del presidente William Clinton, destacó que la reforma migratoria no es una cuestión de política, o de popularidad, es un asunto “de hacer lo que es justo”.
Llamó a la Casa Blanca a “hacer deportaciones responsables” y al la Cámara de Representantes a presentar en 2014 a voto, un proyecto de reforma migratoria.