El huracán mantiene cerradas las oficinas del Gobierno federal, en el área metropolitana de Washington, y de gobiernos estatales y municipales en el nordeste de Estados Unidos por segundo día consecutivo, mientras los equipos de emergencia atienden a los damnificados.
Además ha provocado el cierre de escuelas y negocios, la cancelación de vuelos y del transporte público, y la suspensión de actos electorales.
Nueva York y su área metropolitana (19 millones de habitantes) han amanecido hoy sin transporte público, con importantes interrupciones del suministro eléctrico y con todos los aeropuertos y casi todos los puentes y túneles de la ciudad cerrados.
El Servicio de Pronóstico Hidrometeorológico informó a las 09:00 GMT de que el ciclón sigue moviéndose sobre el sur del estado de Pensilvania a unos 24 kilómetros por hora, a 105 kilómetros por hora.
Las empresas de electricidad de la región han movilizado cientos de cuadrillas, algunas reclutadas de otras zonas del país, para restablecer lo más pronto posible el suministro a la población.