Las nuevas sanciones estadunidenses contra Rusia son una medida inamistosa y contraria al clima constructivo que los presidentes Donald Trump y Vladimr Putin demostraron en su cumbre del pasado 16 de julio en Helsinki, indicó a la prensa el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
El Departamento de Estado de Estados Unidos anunció ayer miércoles que impondrá nuevas sanciones a Rusia a partir del próximo 22 de agosto, por su presunta implicación en el ataque con un agente nervioso contra el exespía y su hija Yulia, el pasado 4 de marzo en la ciudad británica de Salisbury.
Rusia ha negado en repetidas ocasiones su responsabilidad en el ataque y considera las acusaciones como un complot occidental para dañar su reputación y justificar más sanciones.
“Consideramos absolutamente inaceptable el anuncio de nuevas sanciones relacionadas con el caso de Salisbury y las consideramos ilegales. Desmentimos una vez de manera categórica todas las acusaciones sobre cualquier tipo de implicación de Rusia”, insistió Peskov, citado por la agencia de noticias Sputnik.
Respecto a si Rusia está lista para enfrentar las nuevas sanciones de Estados Unidos, Peskov aseguró que el sistema financiero seguirá siendo “estable”, toda vez que “ya demostró su estabilidad en tiempos difíciles”.
La vocera de la cancillería rusa, María Zajárova, por su parte, informó que Moscú ya prepara medidas de respuesta a las últimas sanciones de Estados Unidos contra Rusia por la presunta implicación en el envenenamiento del exespía ruso y su hija.
Skripal y su hija Yulia fueron encontrados el pasado 4 de marzo inconscientes cerca de un centro comercial de la ciudad británica de Salisbury, supuestamente envenenados con un gas nervioso, según investigadores británicos, en un ataque ordenado por el gobierno del presidente Putin, algo que Moscú siempre ha negado.