Según la prensa francesa, unos 10 agentes de seguridad estuvieron en la casa de la región de Languedoc-Roussillon, en el sur de Francia, donde viven Jens Breivik y su esposa.
El hombre, un diplomático jubilado, afirma que no ha tenido contacto con su hijo desde 1995.
Anders Behring Breivik, de 32 años de edad, compareció hoy ante un tribunal de Oslo, que deberá pronunciarse en las próximas horas sobre su detención provisional.
La audiencia se realizó a puertas cerradas, pese a la petición de Breivik de que se permitiera la entrada de la prensa, ante la cual le gustaría presentarse “en uniforme”.
El joven ya admitió la autoría de los dos ataques cometidos el viernes y afirmó haber actuado solo.
Breivik dijo a la policía que no se arrepiente de la matanza, que considera “atroz”, pero “necesaria” para poner en marcha su “revolución”, según informó su abogado, Geir Lippestad.