El Otkrytie Arena tendrá capacidad para 42,000 espectadores y será junto al Estadio Olímpico Luzhniki uno de los dos escenarios moscovitas en los que se jugarán partidos de Rusia 2018.
El nuevo estadio demandó una inversión de 300 millones de euros (unos 396 millones de dólares) y es uno de los más modernos de Europa, aseguró el dueño del Spartak, el millonario Leonid Fedun.
Una de las características del estadio es que los asientos de las tribunas fueron construidos en metal, por lo que será difícil destruirlos o arrancarlos en caso de incidentes.
El Otkrytie Arena es el primer estadio propio en la historia del Spartak, máximo campeón del futbol ruso, que hasta ahora siempre debió jugar en distintos escenarios en la capital rusa.
El primer partido en la nueva cancha será el 5 de septiembre en un encuentro del Spartak ante el Estrella Roja de Belgrado.
Putin, al visitar hoy la arena, pidió pensar en su uso a largo plazo. "Debemos reflexionar hoy mismo sobre qué ocurrirá con los estadios después del Mundial", señaló el jefe del Kremlin. (DPA)