Putin, un creyente confeso que fue bautizado a escondidas durante la Unión Soviética, aprovechó la Navidad para acudir al servicio religioso en un templo inaugurado en 1995 con ocasión de los 50 años de la victoria sobre la Alemania nazi.
Además de asistir a la homilía, también colocó unas velas y rezó junto a otros presentes, antes de desplazarse a la Catedral de Cristo Salvador, donde el patriarca Kiril ofició la misa de Navidad para toda la nación.
Putin pidió grabar sus iniciales en las cadenas de algunas de las cruces que Kiril bendijo y que serán enviadas a los soldados que combaten en el frente en Ucrania.
El líder ruso, que también pidió al patriarca que bendiciera varios iconos, subrayó que dicha iniciativa es una muestra de apoyo a los militares que participan en una cruenta contienda que cumplirá en febrero tres años.
En su mensaje navideño Putin defendió los valores familiares y el papel unificador de la Iglesia, que apoyó desde un principio la campaña militar rusa en Ucrania, donde Kiril prometió que los caídos en combate verán perdonados sus pecados.
Según fuentes independientes, el ejército ruso habría sufrido más de 80,000 muertos y cientos de miles de bajas desde febrero de 2022.
En este país la Navidad se celebra dos semanas después que en la mayoría de países cristianos porque la Iglesia rusa se sigue rigiendo por el calendario juliano.