"La cuestión es que hay que terminar algunos procedimientos burocráticos, pasar a su producción masiva y a su puesta en servicio. Y lo haremos en breve", dijo durante su intervención en el Club de Debate Valdái que se celebra en el balneario de Sochi (mar Negro).
Putin subrayó que Moscú ha terminado "prácticamente" el trabajo "con los más modernos tipos de armamento estratégico" que anunció en 2018, en particular el Sarmat (SS-X-30 Satan-2, según la OTAN), capaz de portar 10-15 ojivas nucleares de guiado individual.
En varias ocasiones, el jefe del Kremlin aseguró que dicho misil tiene un "alcance prácticamente ilimitado" y que convierte en "inútil" el escudo antimisiles de Estados Unidos.
"Hemos efectuado exitosamente el último ensayo con el misil de crucero de largo alcance con propulsión nuclear, Burevestnik", aseguró.
El diario "The New York Times" informó esta semana que una lanzadera emplazada en el archipiélago de Nueva Zembla, en el Ártico ruso, podría ser utilizada para un ensayo con el misil Burevestnik, lo que el Kremlin negó.
Según el centro de análisis estadounidense Nuclear Threat Initiative, Rusia ha efectuado al menos 13 ensayos de este misil entre 2017 y 2019, todos fallidos.
A su vez, Putin descartó la necesidad de modificar la doctrina militar rusa, que contempla el uso de armas nucleares en solo dos casos, en medio del antagonismo con la OTAN por la guerra en Ucrania.
En caso de que Rusia sufra un ataque nuclear y si la existencia del Estado ruso está amenazada, aunque la agresión sea con armamento convencional.
"¿Para qué? No veo tal necesidad. Ahora no se da una situación en la que, por ejemplo, algo amenace al Estado ruso y a la existencia del Estado ruso. A nadie en su sano juicio y en sus cabales se le ocurrirá utilizar armas nucleares contra Rusia", comentó.
Advirtió que la respuesta rusa en caso de agresión sería "absolutamente inadmisible" y aludió al lanzamiento de "cientos de misiles", por lo que "ningún adversario tendría oportunidad de sobrevivir".
Putin recordó que la URSS y EEUU firmaron en 1966 el tratado de prohibición total de ensayos nucleares, aunque sólo Moscú la ratificó.
"Esa es una cuestión para los diputados de la Duma (cámara de diputados rusa). Teóricamente se puede retirar esa ratificación. Si lo hacemos, eso será más que suficiente", subrayó.