"Si no reaccionamos rápidamente y no avanzamos hacia la unidad económica y política, Europa irá perdiendo relevancia. O es Europa unida, o no será", ha enfatizado en un curso de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) sobre escenarios estratégicos del siglo XXI.
El exministro, que ha abundado en estas reflexiones en un encuentro con periodistas, ha opinado que los países europeos están empezando a comprender esa necesidad.
Así, ha señalado que mecanismos como los fondos de rescate y la creación de eurobonos van "en la buena dirección".
Piqué ha explicado que la crisis del euro ha puesto de manifiesto que una unión monetaria "solo funciona si no hay desequilibrios relevantes" entre los países miembros.
Pero ha añadido que cuando los "desequilibrios" de balanza de pagos, balanza comercial o deuda son "muy altos", "se pierde la solidaridad interna y, al final, es la propia moneda la que entra en riesgo".
"De la misma manera que los países asumimos perder soberanía al hacer una política monetaria, tenemos que asumir una pérdida de soberanía a la hora de poder elaborar los presupuestos o hacer determinada política económica", ha afirmado.
En este sentido, respalda la idea del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, sobre un ministro europeo de Finanzas. Según Piqué, ésa "no es la única solución, pero puede ser una buena línea de avance".
Para conseguir esa mayor unidad económica y política, el exministro ha apelado a la implicación de todos los países.
Ha señalado que Alemania es "un elemento clave" y ha lamentado que, "en determinados temas", ha adoptado una posición "orientada más hacia sus propios intereses".
Así, ha citado asuntos como la crisis griega, la intervención en Libia, o "la llamada crisis del pepino", que "después no lo fue".
En cualquier caso, ha resaltado que "no solo es responsabilidad" alemana y ha pedido también "una Francia más proactiva" y un papel "mucho más relevante" de países "muy europeístas" como España o Italia.
Situación distinta es la de Reino Unido. Piqué ha considerado que la construcción europea "tiene que avanzar con independencia de lo que quiera Reino Unido".
"Los demás, los que creemos en la necesidad de una Europa fuerte y unida, tenemos que saber que hay que ir cediendo soberanía", sostiene.
Esa cesión de soberanía es también, en su opinión, la mejor respuesta frente a ideologías de extrema derecha y frente a sucesos como el doble atentado de Noruega del 22 de julio.
En concreto, defiende una política de inmigración común como "única manera de responder racionalmente hacia reacciones primarias de la opinión pública que son aprovechadas por fuerzas políticas que no son precisamente europeístas".
El exministro ha aludido a uno de los casos que más le ha "alarmado" los últimos meses, el cierre de fronteras en Francia para evitar la entrada de tunecinos a través de Italia.
"Si ponemos en cuestión la libre circulación de las personas; si cuando hay una crisis alimentaria ponemos en cuestión la libertad de circulación de mercancías; si cuando tenemos una crisis económica ponemos en cuestión la unión monetaria, estamos poniendo en riesgo muchas cosas que son la base de Europa", ha concluido.