El objetivo es probar su segundo avión solar, con cabina más amplia y una autonomía para volar hasta una semana sin escalas, para "empezar a dar la vuelta al mundo entre marzo y julio" de 2015, precisó Piccard, de 56 años, en Buenos Aires.
"El avión es lento, por lo que calculamos que la vuelta al mundo nos demandará unos 25 días, con escalas cada 5 o 7 días en los distintos continentes", señaló. "Si la vuelta al mundo sale bien, la idea es ir luego a otros países, el primero de ellos Brasil, durante los Juegos Olímpicos de Rio do Janeiro 2016", anticipó.
El "Solar Impulse 2" se alimenta de energía producida exclusivamente por sus células solares, que abastecen baterías de polímero de litio, mide 72 metros, casi como un Airbus A380, pero pesa 150 veces menos.
Nacido en el seno de una familia de exploradores y científicos, Piccard fue el primer aeronauta, junto al británico Brian Jones, en dar la vuelta al mundo sin escalas en un globo aeroestático en 1999, cuando batió el récord de permanencia en vuelo con 19 días, 21 horas y 47 minutos en el aire.
Luego se embarcó en el proyecto de crear un avión impulsado sólo por energía solar, con el que sobrevoló Suiza, Bélgica, España, Marruecos y recorrió los Estados Unidos, donde unió Nueva York y San Francisco.
Las metas del proyecto "Solar Impulse" son varias y van desde la "promoción de la tecnología limpia, la protección del medio ambiente hasta estimular a la gente para que piense fuera de las antiguas estructuras mentales". "Se pueden alcanzar cosas imposibles cambiando simplemente la manera de pensar y dejando atrás los viejos patrones de pensamiento", aseguró Piccard, quien estudió psiquiatría y se dedicó también a la hipnosis.
El segundo avión solar tiene mayor autonomía de vuelo y una cabina con baño, litera para descansar y mayores comodidades que le permitirán al piloto pasar varios días a bordo sin problemas.
Todo el proyecto, que comenzó hace doce años, costó unos 150 millones de dólares y cuenta con el financiamiento de importantes compañías. "Pero no tenemos ningún socio importante del mundo de la aviación porque pensaban que era imposible" desarrollar un avión solar, afirmó.
Piccard estimó que "en 5 o 10 años tendremos aviones eléctricos para cuatro o cinco personas, pero no sé cuándo podrán llevar 200 pasajeros".
Consultado acerca de si su proyecto podría tener un uso comercial, el suizo no descartó nada: "Tendría que estar loco para decir sí, o ser un estúpido para decir no".
Según afirmó, las tecnologías desarrolladas para el "Solar Impulse" pueden utilizarse para todo tipo de fin, ya sea automóviles, residencias, sistemas de iluminación, calefacción y eléctricos, aislación térmica u otros.
"Podría producir la mitad del consumo de energía y se necesitaría la mitad de los recursos no renovables que se utilizan hoy, además de generar muchos puestos de trabajo. No sólo salva la economía de un país sino también al planeta", destacó.
"El 'Solar Impulse' es una semilla, es el comienzo de algo. En qué se va a convertir, no lo sabemos", aseguró el aviador, que llegó hoy a Buenos Aires para participar en Ecosuiza 2014, un espacio de cooperación suizo-argentino para debatir sobre sustentabilidad, cuidado del medio ambiente y nuevas tecnologías. (DPA)