La Comisión de Gestión Urbana de la capital china explicó que sus planes pasan por clasificar los desechos residenciales en basura de cocina, reciclable y peligrosa, y que las multas no serán inferiores a las que se aplican en Shanghái.
En la urbe más grande de China, que introdujo estas medidas el pasado lunes, las penalizaciones para los particulares arrancan en los 50 yuanes (6.4 euros) por una primera infracción y los 200 yuanes (26 euros) por ofensas repetidas.
Las empresas, por su parte, serán multadas con hasta 5,000 yuanes (640 euros) por no tener los contenedores de basura correctos en su lugar y hasta 50,000 yuanes (6,400 euros) por no clasificar los desperdicios adecuadamente.
Desde 2016, las autoridades pequinesas han incentivado el uso de contenedores de reciclaje y de cubos de basura inteligentes desde 2016.
El uso de aparatos inteligentes, explica la nota, tiene una ventaja: los ciudadanos que clasifiquen su basura podrán recibir puntos que intercambiar por "pequeños regalos".
Según datos oficiales, en 2018 se recogieron en Pekín unas 9.3 toneladas de basura doméstica.
Hace dos años, el Consejo de Estado (Ejecutivo) marcó el objetivo de alcanzar el 35 % de reciclaje de residuos domésticos en 2020, y estableció una lista de 46 ciudades piloto en las que se comenzará a hacer obligatoria la clasificación de este tipo de desechos.
Shanghái, con 26 millones de habitantes, comenzó este lunes a notificar a aquellos particulares o empresas que infringieran las nuevas normas de reciclaje, y en su primera jornada emitió un total de 623 avisos al respecto.
En la capital comercial de China, los residuos se dividirán en basura seca reciclable (papel, cristal, envases de metal...) ; húmeda (restos de alimentos, principalmente); seca no reciclable (papel usado, cigarros..), y peligrosa (pilas, bombillas...).