Ordena el Papa evitar que escándalo sea excusa para ocultar abusos

El Papa envió una inédita circular a obispos y jefes de congregaciones religiosa de todo el mundo, en la cual ordenó atender con prioridad a las víctimas de abusos sexuales y advirtió que el miedo al escándalo no puede ser excusa para ocultar casos.

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Aunque lleva la fecha del pasado 2 de febrero, “Fiesta de la presentación del señor”, el contenido de la carta fue dado a conocer este día por la oficina de información del Vaticano.

“Las familias deben saber que la Iglesia no escatima esfuerzo alguno para proteger a sus hijos, y tienen el derecho de dirigirse a ella con plena confianza, porque es una casa segura”, indicó el líder católico en uno de los pasajes clave.

“Por tanto, no se podrá dar prioridad a ningún otro tipo de consideración, de la naturaleza que sea, como, por ejemplo, el deseo de evitar el escándalo, porque no hay absolutamente lugar en el ministerio para los que abusan de los menores”, agregó.

Dejó en claro que es responsabilidad directa de los obispos y los superiores religiosos la tarea de verificar que en las parroquias y en otras instituciones de la Iglesia se garantice la seguridad de los menores y los adultos vulnerables.

En el texto, Francisco recordó que a inicios de 2013 instituyó una Pontificia Comisión para la Tutela de los Menores, compuesta por personas altamente cualificadas que se reunirán por primera vez en Roma en los próximos días.

Sostuvo que este grupo de trabajo será un “nuevo, válido y eficaz instrumento” que le ayudará a poner en práctica las actuaciones necesarias para garantizar la protección de los menores y adultos vulnerables, además de dar respuestas de justicia y misericordia.

Por eso les pidió a todos, con firmeza, que colaboren con dicha comisión y también cumplan otras directivas emanadas en la materia por el Vaticano, como la solicitud del establecimiento en todos los países del mundo de líneas guía para evitar los abusos.

Instó a las conferencias episcopales adoptar instrumentos para revisar periódicamente las normas y comprobar su cumplimiento. A las diócesis llamó a armar programas de atención pastoral, que podrán contar con la aportación de servicios psicológicos y espirituales.

Confesó haberse sentido “conmovido e impresionado” por la intensidad del sufrimiento y la firmeza de la fe de algunas personas que han sido objeto de abusos sexuales, cuando las recibió en el Vaticano en julio del año pasado.

“Esto confirmó una vez más mi convicción de que se debe continuar haciendo todo lo posible para erradicar de la Iglesia el flagelo del abuso sexual de menores y adultos vulnerables, y abrir un camino de reconciliación y curación para quien ha sufrido abusos”, indicó.

“Que María santísima nos ayude a cumplir, con generosidad y rigor, nuestro deber de reconocer humildemente y reparar las injusticias del pasado, y a ser siempre fieles a la tarea de proteger a quienes son los predilectos de Jesús”, apuntó.