Con fregonas y escobas los protagonistas de las protestas de los últimos días limpiaron las calles de la capital tailandesa aledañas al monumento a la democracia, para prepararse para la ocasión: mañana jueves el monarca, profundamente venerado en el país, cumple 86 años y ese día se espera también una pausa en las manifestaciones.
Sin embargo, unos 2,000 manifestantes dejaron hoy en evidencia que la lucha contra el gobierno no ha terminado, con una marcha a la central de la policía nacional en el centro de la ciudad.
"Estamos haciendo una pausa para participar en los festejos del rey, pero la lucha continúa", anunció el portavoz del movimiento de protesta, Akkanat Phompan.
El rey se mudó el pasado verano a su palacio en Hua Hin, a unas tres horas al suroeste de Bangkok, tras pasar casi cuatro años internado en un hospital. Los servicios de transporte ofrecieron para mañana a los tailandeses billetes gratuitos para acudir a Hua Hi a rendir tributo al monarca.
Desde hace una semana decenas de miles de opositores al gobierno protestan en las calles del país y acusan a la primera ministra, Yingluck Shinawatra, de malversar el dinero público y de llevar a cabo una política que sirve únicamente para satisfacer sus intereses personales.
El fin de semana las protestas, hasta entonces pacíficas, escalaron y tres personas murieron. La policía empleó cañones de agua y gases lacrimógenos cuando los manifestantes intentaron asaltar la sede del gobierno y una comisaría de la policía.
El martes la cúpula cambió de táctica y permitió el paso a los manifestantes, lo que provocó una inmediata relajación de la situación que los opositores celebraron como victoria, pero los líderes de las protestas anunciaron nuevas acciones con el objetivo de lograr un cambio de gobierno.
Los manifestantes bloquearon esta mañana el tráfico por momentos durante una marcha a la central de la policía en el centro de la ciudad, cerca de los grandes centros comerciales.
"Preguntaré a la policía si está al lado del pueblo", comentó el líder de la marcha, Tavorn Senniem, uno de los representantes de la oposición en el parlamento hasta hace poco. El jefe de la policía, Adul Saengsingkeow, recibió a Tavorn, al que dijo que la prioridad es mantener la paz y la seguridad.