La Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) urgió a Israel a suspender de inmediato los desalojos forzados y la demolición de viviendas palestinas en Jerusalén Oriental.
Las autoridades israelíes demolieron este martes las casas de seis familias y dejaron sin hogar a 26 palestinos, entre ellos 10 niños.
Con ellos asciende a más de 600 el número de desplazados desde principios de este año como consecuencia de los desalojos en los territorios ocupados.
Según el gobierno de Israel, la medida se aplica a viviendas que se hayan construido sin el permiso oficial.
Pero OCHA sostiene que la falta de planeamiento adecuado, sumado a los estrictos requisitos administrativos y a los altos aranceles hacen muy difícil que los palestinos obtengan esos permisos, y no les queda más opción que construir sus casas de todos modos.
Por otra parte, si estas familias se mudan fuera de los límites municipales se arriesgan a perder la identificación que les permite vivir y acceder a Jerusalén.
Según cálculos conservadores, unos 60 mil palestinos en el este de la ciudad corren el riesgo de ser desalojados y de ver sus hogares destruidos.
OCHA instó a las autoridades israelíes a proteger a la población civil de los territorios palestinos ocupados de nuevos desplazamientos y despojos.