En un comunicado por el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, Ryder subrayó que ante esas situaciones los infantes son los más vulnerables, con frecuencia se destruyen hogares, escuelas, medios de subsistencia, y se quiebran los sistemas de protección familiar y social, lo cual aumenta los riesgos vinculados al trabajo infantil y al tráfico de personas.
Datos de la OIT ilustran que en el mundo existen unos 200 millones de individuos que cada año son afectados por catástrofes naturales, un tercio de ellos son niños.
De la escalofriante cifra de 168 millones de pequeños víctimas de este tipo de abuso una importante proporción residen en las zonas descritas, afirmó la organización.
Ante esas cifras, Ryder resaltó que estaos en presencia de la mayor crisis de refugiados en décadas, por lo cual es esencial compartir responsabilidades y solidaridad con objeto de proteger a todos los niños del mundo, proporcionarles una educación, reavivar sus esperanzas y brindarles la posibilidad de lograr un futuro mejor.
Todo ello en aras de evitar los casos de menores reclutados para ejercer como soldados en las guerras, que sean empleados como espías, o explotados y abusados sexualmente.
Significó que no se puede obviar esa cruda realidad, y agregó que todos los infantes tienen derecho a gozar de protección contra el trabajo infantil.
Sin embargo, a escala global de las 168 millones de víctimas el trabajo infantil, unos 85 millones realizan trabajos peligrosos, recalcó la OIT.
