"Tenemos que garantizar que no perdemos una generación que puede que no sea nunca recuperada desde el punto de vista de su trayectoria laboral", afirmó Obama en una rueda de prensa en Berlín junto a la canciller alemana, Angela Merkel.
Consciente de las discrepancias entre Estados Unidos y Alemania a la hora de abordar la crisis económica con políticas de estímulo o de austeridad, Obama reconoció que "es una conversación de cuatro años" y que no existe "una receta perfecta".
A su juicio, es necesario continuar con las reformas estructurales tanto en los países de la Unión Europea como en Estados Unidos, porque "todavía queda trabajo por hacer", y evitar que los presupuestos públicos se descontrolen, pero también apostar por las políticas de crecimiento.
En el camino de consolidación fiscal y de reformas en el mercado laboral o de pensiones, insistió, los gobiernos no pueden perder de vista que su objetivo es mejorar la vida de las personas y deben buscar oportunidades para los sectores más desfavorecidos.
Para Obama, el objetivo común de todos los países es que la economía crezca y que los ciudadanos tengan opción a un trabajo, un bueno colegio para sus hijos, un sistema sanitario asequible y una pensión digna.
Tras la peor recesión en años, añadió, hay "buenas noticias" y ya se han registrado "algunos progresos" en varios indicadores estadounidenses, como el mercado inmobiliario o la creación de empleo, pero todavía se deben dar pasos para, por ejemplo, mejorar la formación laboral e invertir en infraestructuras, ciencia e investigación.
Obama señaló los diferentes niveles de productividad que presentan los países europeos y los procesos de reformas emprendidos en los diferentes Estados, pero se mostró convencido del futuro del proyecto común y garantizó que Estados Unidos ayudará a la UE todo lo que pueda en este "camino difícil".
En su opinión, Alemania, principal potencia de la eurozona, tendrá éxito en su misión y tanto la UE como Estados Unidos saldrán fortalecidos de la recesión si aprovechan "las oportunidades".
Merkel, por su parte, defendió la necesidad de que Europa aumente su competitividad en un momento en el que el mundo está cambiando y el 90 por ciento del crecimiento mundial se genera fuera del continente.
Tras apostar por las reformas estructurales y por reducir los déficit públicos nacionales, reconoció que Alemania sólo mejorará si Europa en su conjunto mejora.
"Alemania quiere ser competitiva y que el resto de Europa también lo sea", manifestó, para ratificar su compromiso con la UE y la moneda única. (EFE)