Nuevo libro revela actuación del Papa durante la dictadura argentina

El nuevo libro Recen por él, del historiador y periodista argentino Marcelo Larraquy, revela detalles inéditos sobre la actuación del papa Francisco durante la última dictadura argentina y el secuestro de dos curas de su congregación, como también las tensiones que desató su llegada al Vaticano.

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Papa Francisco.

Zigzagueante, define Larraquy la conducta de Jorge Mario Bergoglio como provincial de la congregación jesuita Compañía de Jesús entre 1973 y 1979.

"Lo que hace Bergoglio es cerrar la compañía durante la dictadura, terminar con los debates internacionales, filosóficos, teológicos que había en el Colegio Máximo (de los jesuitas), es un reflejo también de lo que se vivía en la Argentina. Pero a la vez tiene una infraestructura para salvar gente", sostiene el investigador en una entrevista con la agencia dpa.

El secuestro de los sacerdotes de su congregación Orlando Yorio y Francisco Jalics meses después del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 marcó la historia de quien casi tres décadas después se convirtiría en el sumo pontífice de la Iglesia católica.

Ambos fueron liberados meses después, posiblemente gracias a las gestiones del propio Bergoglio ante el entonces dictador Jorge Rafael Videla y el miembro de la Junta gobernante almirante Emilio Massera.

El libro revela un informe que Yorio entregó al entonces general de la Compañía de Jesús Pedro Arrupe en 1977 "contando las alternativas del secuestro y cómo había sido la historia de la comunidad de base que él había creado" en una "villa" (barriada humilde).

"En este documento Yorio presenta un poco la ambigüedad de Bergoglio" cuando comenzó a percibir el riesgo que corrían ambos sacerdotes. "Bergoglio les pide que se vayan (de la comunidad) y ellos se insubordinan", relata Larraquy.

"Ahí Bergoglio les dice que se tienen que ir de la orden si desobedecen, que les va a conseguir un cura. Lo que se ve es que Bergoglio quien maneja la información. Es un hombre al que le gusta manejar las decisiones y la información. Y entonces esa información era un poco zigzagueante", señala el historiador.

El libro, de la editorial Sudamericana y que será publicado en España e Italia, narra además "el ostracismo" de Bergoglio una vez que dejó de ejercer como provincial argentino y perdió influencia en la Compañía de Jesús. Fue enviado a la provincia de Córdoba, "donde confesaba prostitutas, totalmente abandonado y perdido en una gran crisis".

"Decía que se sentía preso de su propia compañía, y es el clero diocesano el que lo rescata y el que lo designa obispo auxiliar (de Buenos Aires) en un hecho inédito que le crea mucha enemistad con los sectores ortodoxos. Viene de una orden que no tiene tradición de colocar obispos y mucho menos en la arquidiócesis más importante de la Argentina. Y ahí empieza el conflicto con la 'línea Roma' porque le requieren posiciones mucho más ortodoxas y menos homilía política", señala Larraquy.

Bergoglio, de origen peronista conservador moderado, según lo define el investigador, "se adapta a la coyuntura".

"Él es muy distinto en los 90 que en los 70, en los 90 es un cura mucho más comprometido en lo social que en los 70, pero lo social no quiere decir compromiso revolucionario, que eran los 70, pero está comprometido en términos pastorales y sociales en favor de la dignidad humana y con eso enfrentó poderes muy fuertes acá en la Argentina, como los del juego, el narcotráfico, la trata de personas, el trabajo esclavo", destaca.

La investigación sobre el jesuita dedica una parte especial al hecho de que cuando Bergoglio ya había presentado su renuncia como arzobispo de Buenos Aires y cardenal primado y tenía listo el cuarto donde iba a cumplir su retiro, fue elegido a los 76 años como el primer papa latinoamericano.

Su discurso durante el cónclave para designar al sucesor de Benedicto XVI, cuando afirma que "la Iglesia está llamada a salir de sí misma", advierte que si "no sale de sí misma para evangelizar deviene autorreferencial y se enferma" y asegura que "Jesús golpea desde dentro para le dejemos salir" convenció a los cardenales.

La irrupción de Francisco genera tensiones en el Vaticano, detalladas en el libro. "Él se ve siempre como un hombre de gobierno, con estatura política, pero tiene algo en favor que es que no tiene la debilidad del dinero y esto lo favorece en cualquier tipo de negociación o de diálogo con el poder político. Se para frente al altar y hace su catequesis", asegura Larraquy.

Francisco hace "una encíclica oralmente, en audiencias públicas, pero eso genera tensiones en sectores conservadores ortodoxos y dentro de algunos cardenales que no están habituados. Hay mucha gente que está quedando afuera", alerta.

"Mete mano en la Curia con la reforma, pero lo hace de manera mucho más silenciosa, es bastante inteligente, no busca que estos temas estén en la tapa, sólo los menciona y los desdramatiza pero los trabaja internamente. Eso genera tensiones internas que están esperando algún tipo de error en la doctrina, en la liturgia".

"Pero lo que busca Francisco son dos situaciones: popularidad, que tiene este sesgo peronista, buscar la popularidad en San Pedro, donde llena la plaza todas las semanas; y hacer una reforma interna con gestos muy claros e ir cambiando la Curia romana porque se da cuenta que no tiene mucho tiempo. Quiere que las reformas trasciendan su papado, que ya queden manifestadas cuando él ya no sea papa", resume Larraquy.