"Los motivos son el marco temporal, las instalaciones técnicas y otras limitaciones legales", dijo el ministro de Exteriores, Borge Brende.
Algunos medios señalaron que a Noruega se le pidió la destrucción de 50 tonaladas de gas mostaza y entre 300 y 500 toneladas de sustancias químicas que podrían utilizarse para fabricar gas sarín.
"Hemos acordado con Estados Unidos, que presentó la propuesta, que Noruega puede contribuir en otras áreas (...) Ahora nos centramos en encontrar otros modos de contribuir al proceso".
Brende dijo que Noruega podría proporcionar personal y apoyo financiero adicional a la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ), el organismo internacional encargado del desmantelamiento del arsenal nuclear sirio.
La OPAQ comenzó su trabajo a comienzos de mes basándose en una resolución de la ONU que respaldó el acuerdo acordado por Estados Unidos y Rusia, y al que accedió Damasco, para eliminar todas las armas químicas del país antes de mediados de 2014.
En septiembre, los inspectores de la ONU informaron que cohetes que contenían gas nervioso sarín fueron utilizados en los ataques del 21 de agosto cerca de Damasco, causando la muerte de 1.400 personas, según cifras de Estados Unidos. Washington responsabilizó al gobierno sirio y amenazó con una intervención militar antes de firmar el acuerdo de destrucción del armamento con Moscú.
Brende, que asumió el cargo a comienzos de mes, no especuló si otros países podrían asumir esa tarea, pero señaló que cree que Estados Unidos está considerando otras opciones.
La fecha límite para la destrucción de todas las instalaciones de producción de armas químicas es el 1 de noviembre. Los inspectores han visitado 18 de las 23 instalaciones declaradas en Siria y destruyeron a lo sumo el equipo de producción, según la OPAQ.