Estas medias, que también tienen en su punto de mira a destacadas figuras prorrusas en el este de Ucrania, entraron en vigor tras su publicación hoy en el boletín oficial de la UE.
No obstante, el bloque se había comprometido a revisarlas si se mantiene el alto el fuego, en un compromiso alcanzado para mitigar los temores en algunas capitales europeas tanto a que las sanciones puedan dificultar la frágil tregua alcanzada la semana pasada como por la respuesta de Rusia.
"Las represalias de la parte rusa no afectarán a la economía lituana", dijo el ministro de finanzas de Lituania, Rimantas Sadzius, antes de reunirse con sus homólogos de la UE en Milán. El país ya ha bajado sus perspectivas de crecimiento en parte debido a ese motivo, agregó.
"Es cierto que estamos ante una situación difícil, porque cada sanción por supuesto puede conducir a represalias que todavía no conocemos", agregó el ministro de Finanzas austriaco, Hans Joerg Schelling.
Las nuevas sanciones a Rusia impiden e acceso al mercado financiero de la UE a empresas del sector de la energía como Rosneft, Transneft y Gazprom Neft, así como a empresas de armamento como Oboronprom, Uralvagonzavod y United Aircraft Corporation.
Además, se prohibe la venta de productos que puedan tener un uso tanto civil como militar (hasta nueve empresas de armas, entre ellas Kalashnikov y Almaz-Antey o la que construye el sistema de defensa antimisiles Buk, que según se cree fue usado para derribar el avión comercial de Maylasian Airlines MH17 sobre el este de Ucrania).
Asimismo, la UE vetó la entrada de otras 24 personas y bloqueó sus cuentas bancarias en el territorio comunitario, elevando así a 119 el número de personas afectadas por esta medida. En la lista ingresaron los dirigentes separatistas ucranianos Alexander Sajarchenko, Vladimir Kononov y Miroslav Rudenko, quienes pertenecen a la cúpula de la autoproclamada República Popular de Donetsk.
Entre los políticos rusos sancionados figuran el líder ultranacionalista y diputado Vladimir Zhirinovski y el presidente del grupo industrial y armamentístico Rostec, Serguei Chemesov, a quien la UE identifica como un estrecho amigo del presidente ruso, Vladimir Putin, cuando ambos trabajaban para el servicio secreto soviético KGB en la ciudad alemana de Dresde.
Las primeras respuestas de las autoridades rusia fueron menospreciar las sanciones.
Un portavoz de Oboronprom dijo que las sanciones no afectarán a los negocios de la empresa. "Oboronprom no tiene y no pedirá préstamos o créditos a bancos europeos", aseguró.
Por su parte, el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, acusó a la UE de agravar el conflicto de Ucrania con las nuevas sanciones impuestos a Moscú. "Quien adopta medidas punitivas en un momento en que el proceso de paz en Ucrania se consolida, está socavando ese proceso", dijo Lavrov a la emisora televisiva Rossiya-1.
El ministro ruso adelantó que Moscú responderá de manera apropiada pero no precipitada a las sanciones. Rusia no quiere esta "política de sanciones", indicó Lavrov, "pero tenemos que defender nuestros intereses".
En Bruselas, entre tanto, el comisario de Comercio, Karel de Gucht, se reunirá el lunes con el ministro de Desarrollo Económico ruso, Alexey Ulyukaev, y con el ministro de Asuntos Exteriores Ucraniano, Pavlo Klimkin, para conversar sobre la aplicación de un acuerdo de libre comercio entre UE y Kiev.
Rusia ha presentado una larga lista de cambios que podría debilitar el acuerdo, según señaló el diario "Süddeutsche Zeitung". Moscú teme que el acuerdo de libre comercio tenga un impacto negativo en su economía.(DPA)