"En menos de 48 horas terminarán las negociaciones. Y creo que con éxito", dijo el socialdemócrata Thomas Oppermann antes de entrar en la anteúltima ronda de diálogo, celebrada en la sede de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel en Berlín.
La secretaria general del SPD, Andrea Nahles, adelantó que para el miércoles ambos partidos habrán acordado también el reparto de Ministerios en el nuevo gobierno de Merkel. "Se hizo así con frecuencia en anteriores acuerdos de coalición", explicó.
La distribución de carteras en el nuevo gabinete sigue siendo un misterio. Las mayoría de medios da por hecho que Wolfgang Schäuble (CDU) seguirá al frente del poderoso Ministerio de Finanzas. También se especula con Frank-Walter Steinmeier (SPD) como titular de Exteriores o con el jefe del SPD, Sigmar Gabriel, como vicecanciller.
Dos meses después de arrasar en las elecciones generales, Merkel sigue pendiente de asociarse con el SPD, primera fuerza de la oposición, para poder asumir su tercer mandato consecutivo hasta 2017.
Las negociaciones entre los dos principales partidos de Alemania se extendieron durante semanas y llegaron a la recta final con puntos cruciales aún abiertos, como los detalles del nuevo salario mínimo nacional impulsado por el SPD.
Ambas fuerzas mantienen además diferencias en torno a pensiones, el cobro de peajes de autopistas a extranjeros o en la exigencia del SPD de facilitar la doble nacionalidad a los hijos de extranjeros nacidos en Alemania.
La llamada "gran coalición" despierta fuertes reparos en las bases de ambos partidos y en particular del SPD, que aún recuerda cómo castigaron sus votantes la alianza con Merkel en su primer gobierno (2005-2009).
Por eso el SPD quiere someter el acuerdo para una nueva coalición con Merkel al voto de sus 473.000 afiliados. El resultado se conocerá el 14 de diciembre. Si es positivo, Merkel podría asumir su nuevo mandato antes de Navidad, probablemente el 17 de diciembre.
Un sondeo del instituto YouGov para el diario "Bild" indicó que un 44 por ciento de los votantes del SPD está en contra de una nueva "gran coalición", al igual que un 33 por ciento de las bases de la CDU de Merkel y su socia bávara, la Unión Cristianosocial (CSU).
Si fracasan las negociaciones o los afiliados del SPD votan en contra del acuerdo de coalición, Merkel se vería forzada a gobernar en minoría, a retomar las negociaciones con Los Verdes o a convocar nuevas elecciones, tres opciones que ya descartó.