Los ingresos del nuevo impuesto servirán para impulsar el crecimiento y la creación de empleo en Europa, acordaron hoy líderes de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel y del SPD en la segunda gran ronda de negociaciones celebrada hoy en Berlín.
"Vamos a avanzar en la creación de un impuesto a las transacciones financieras", anunció tras el encuentro el socialdemócrata Martin Schulz, presidente del Parlamento Europeo, pese a las diferencias que existen entre los 11 países que defienden la nueva tasa.
Durante la reunión, ambos partidos acordaron también consensuar su postura sobre el modelo de una unión bancaria europea antes del 14 de noviembre, cuando los ministros de Finanzas del eurogrupo se reúnen en Bruselas.
Schulz aclaró que aún no hay acuerdo sobre la creación de un fondo para el desmantelamiento de bancos en quiebra. Otro punto debatido fue la posibilidad de que las entidades reciban inyecciones de liquidez directamente del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE).
Merkel y el líder del SPD, Sigmar Gabriel, presidieron hoy la segunda gran ronda de negociaciones entre los dos mayores partidos políticos de Alemania para formar una "gran coalición" como la que presidió la canciller en su primer gobierno (2005-2009).
Unos 75 miembros del SPD, la CDU y su socia bávara, la Unión Cristianosocial (CSU) participaron hoy en el encuentro celebrado en la sede del SPD. Diversos grupos de trabajo negocian paralelamente las políticas que seguirá Merkel los próximos cuatro años.
La canciller ganó por amplia mayoría las elecciones generales del 22 de septiembre, pero quedó a cinco escaños de la mayoría absoluta y necesita un socio para gobernar. La semana pasada lanzó formalmente las negociaciones con el SPD con el objetivo de lograr un acuerdo que le permita asumir su nuevo mandato antes de Navidad.
El ingreso del SPD en un nuevo gobierno de Merkel alentó en otros países europeos expectativas de un cambio de rumbo en la férrea política de ahorro, reformas y austeridad dictada hasta por Berlín a sus socios en crisis.
Los expertos descartan sin embargo grandes cambios. La política europea de Merkel los últimos cuatro años contó casi siempre con el apoyo del SPD en el Parlamento y es uno de los motivos de su popularidad entre los alemanes.