El proceso durará semanas y concluirá con un acuerdo entre los dos principales partidos del país para aliarse en un gobierno conjunto presidido por Merkel. Si se cumplen los plazos previstos, la canciller asumirá antes de Navidad su tercer mandato hasta 2017.
La primera ronda de diálogo se celebró en la sede de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel y reunió a 75 miembros del SPD, la CDU y su versión bávara, la Unión Cristianosocial (CSU).
El objetivo central del primer encuentro es acordar el calendario de los que tendrán lugar las próximas semanas. Paralelamente, otros 12 grupos de trabajo buscan consensuar las posturas de los futuros socios de gobierno en diversos ámbitos.
Merkel obtuvo una victoria aplastante en las elecciones del 22 de septiembre, pero necesita un socio de gobierno, como es habitual en Alemania.
Tras la salida del Parlamento de los liberales del FDP, su socio actual, y el fracaso de las conversaciones exploratorias con los ecologistas de Los Verdes, Merkel quedó supeditada a repetir una "gran coalición" con el SPD como la de su primer gobierno (2005-2009).
La cúpula socialdemócrata encabezada por su presidente, Sigmar Gabriel, acordó el fin de semana una lista de diez condiciones "irrenunciables" que planteará a Merkel para integrar una coalición.
La más conflictiva es la creación de un salario mínimo nacional -hasta ahora inexistente en Alemania- de 8,50 euros por hora. Diversos líderes de la CDU y sectores de la economía se oponen a esa medida y advierten que traerá desempleo.
Otro punto de choque es el aumento de impuestos a las rentas más altas, que el SPD defiende y la CDU rechaza. La propuesta no figura en la lista de condiciones fijadas por el SPD, pero el partido insiste en que será un tema clave en las negociaciones.
A nivel europeo, el SPD reclamó un pacto de crecimiento y más medidas contra el desempleo juvenil, aunque los expertos descartan un cambio radical en las políticas de austeridad impuestas hasta ahora por Merkel a sus socios del euro en crisis.