Así lo explicó hoy el portavoz del Ejecutivo alemán, Steffen Seibert, en una declaración que evidenció un sutil cambio de postura de Berlín en esta crisis, desde su oposición a la intervención militar exterior a la asunción de que "al final siempre tiene que haber una solución política".
El portavoz del Gobierno aseguró -tras comunicar que Merkel mantuvo este sábado sendas conversaciones telefónicas con el primer ministro británico, David Cameron, y el presidente francés, François Hollande-, que con una "muy alta probabilidad" se produjo un ataque con "gas venenoso" en Siria, tal y como ha denunciado la oposición.
Si el equipo de expertos de Naciones Unidas enviado a Siria confirma el empleo de armas químicas, Merkel quiere que la comunidad internacional dé una respuesta clara, contundente y conjunta "en los próximos días".
Seibert evitó pronunciarse en al menos dos ocasiones sobre si con sus palabras estaba anticipando una posible intervención militar internacional en Siria y si, en ese supuesto, Alemania tomaría parte en la operación.
El ministro de Exteriores alemán, Guido Westerwelle, consideró en una intervención previa que si se confirma que el régimen de Bachar al Asad ha realizado un ataque con armas químicas contra la población siria debe haber "consecuencias".
"El empleo de armas de destrucción masiva químicas sería un crimen contra la civilización", manifestó el jefe de la diplomacia germana en la inauguración de la Conferencia de embajadores alemanes que se celebra en Berlín. (EFE)