"Se trata, si esto es así, de un asunto muy grave", aseguró la mandataria alemana durante su visita a China donde quiso dar un mensaje claro con la mirada también puesta en los ciberataques que reciben las empresas alemanas desde China: "El espionaje destruye la confianza en el mundo".
"Si resultan ser ciertas las acusaciones, esto será para mí una clara contradicción con lo que yo entiendo por una cooperación de confianza entre servicios y socios", agregó Merkel.
El trabajador de los servicios secretos alemanes (BND) está acusado de haber vendido 218 documentos a los servicios secretos estadounidenses -tanto a la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) como a la Agencia Central de Inteligencia (CIA)- por 25,000 euros.
A pesar de que estos documentos no contenían información delicada destapó de nuevo la caja de los truenos en Alemania, un país que lleva meses intentando esclarecer el escándalo de la NSA en suelo alemán, que habría alcanzado incluso las comunicaciones de la propia Merkel. (DPA)