"Navidad llega antes de lo que uno cree", dijo la líder conservadora en una teleconferencia con la cúpula de su Unión Cristianodemócrata (CDU), según revela mañana viernes el diario "Die Welt".
Los líderes de la CDU aprobaron hoy por unanimidad iniciar las negociaciones con el SPD para formar una "gran coalición" entre los dos principales partidos de Alemania como la del primer gobierno de Merkel (2005-2009).
"Tenemos la firme convicción de que hay suficientes puntos en común como para seguir gobernando cuatro años con éxito nuestro país", dijo el secretario general del partido, Hermann Gröhe.
Los socialdemócratas, por su parte, someterán ese paso al voto de 200 altos funcionarios que se reunirán el domingo en Berlín. La votación está lejos de ser un mero trámite. "No será de ningún modo una tarea fácil", advirtió hoy el jefe el partido, Sigmar Gabriel.
Pese a su arrasadora victoria en las elecciones del 22 de septiembre, Merkel necesita un socio para formar gobierno. El SPD era su primera opción y la única después de que fracasaran esta semana sus conversaciones con los ecologistas de Los Verdes.
Si el SPD aprueba el domingo el inicio formal del diálogo, ambos partidos crearán 12 paneles de discusión destinados a definir diversas esferas políticas del futuro gobierno en la primera potencia europea.
En los últimos días hubo señales de acercamiento en una de las "líneas rojas" impuestas por el SPD: la creación de un salario mínimo nacional de 8.50 euros por hora (11.50 dólares). La medida irrita a parte del empresariado, pero convence a un 83 por ciento de los alemanes, según un sondeo publicado hoy.
Más complicado se presenta el reparto de cargos en el futuro gabinete. Según líderes socialdemócratas citados hoy por Die Welt, el partido reclamará el Ministerio de Finanzas, uno de los puestos más decisivos e influyentes en una Europa en crisis.
Sin embargo, parece poco probable que el SPD encuentre una figura con suficiente peso como para desplazar al poderoso Wolfgang Schäuble. Entre las opciones figuran el ex ministro de Exteriores Frank-Walter Steinmeier y el líder parlamentario Thomas Oppermann. Los socialdemócratas también insistirían en hacerse con el Ministerio de Trabajo, que podría quedar en manos de Gabriel. A cambio, según las fuentes, renunciarán al Ministerio de Exteriores, al considerar que el cargo perdió influencia política.
Gabriel desmintió hoy los informes sobre el Ministerio de Finanzas: "El SPD no habló hasta ahora de puestos en el gabinete". El partido viene esforzándose por no dar la imagen de que la negociación se centre en el reparto de puestos y no en aspectos programáticos.
El SPD colocó ocho ministros en la anterior "gran coalición", pero entonces venía de obtener un 34.2 por ciento de votos en las elecciones de 2005. En los comicios de hace cuatro semanas logró sólo un 25.7 por ciento, por lo que su posición negociadora es más frágil desde el inicio.
El propio Gabriel reconoció que la aplastante victoria de la CDU con casi un 42 por ciento de los votos dificulta las negociaciones. "No podemos pasar por alto que esto hace la situación extremadamente difícil", señaló.