"No todo lo que es técnicamente posible es aceptable", indicó la canciller, en la tradicional conferencia de prensa antes del verano, centrada en las elecciones del próximo 22 de septiembre pero con las revelaciones periodísticas sobre el programa PRISM como tema dominante.
"Alemania es un país de libertades, no de observaciones", indicó la canciller, para insistir, a las insistentes preguntas acerca de si su gobierno sabía o no esas presuntas actividades de Estados Unidos, que todo eso es "analizado" en coordinación con sus "socios y aliados".
Merkel insistió en que en la reciente visita a Berlín del presidente Barack Obama, el pasado junio, y también en sus contactos telefónicos posteriores, le había hecho hincapié en la necesidad de mantener "un equilibrio" entre seguridad y lucha contra el terrorismo y la privacidad.
La canciller incidió, asimismo, en la necesidad de buscar unas regulaciones unitarias en la Unión Europea (UE), en materia de protección de datos personales, y de establecer asimismo unos parámetros internacionales comunes.
"En Alemania, como en Europa, no rige la ley del más fuerte", indicó la jefa del Gobierno alemán, para añadir que eso es lo que espera de todos e insistir en que "en territorio alemán hay que ceñirse a las leyes alemanas".
Merkel evitó pronunciarse acerca de si las informaciones aparecidas en los medios, sobre ese presunto espionaje y control de conexiones sobre ciudadanos y gobiernos, es "la punta del iceberg" de prácticas masivas.
"Hasta que no hayamos concluido las tareas de esclarecimiento del alcance del programa de observación de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) es prematuro sacar conclusiones", dijo Merkel.
"Nuestros socios estadounidenses necesitan más tiempo. Yo también prefiero esperar", trató de zanjar Merkel, ante las insistentes preguntas de los representantes de medios alemanes e internacionales. (EFE)