"Esta elección es una respuesta a una agresividad sin precedentes que hemos visto estos días por parte de Rusia", dijo la mandataria italiana ante los medios al margen de su participación en la cumbre del G7 en la ciudad brasileña de Río de Janeiro.
Meloni apuntó que esta "agresividad" rusa, que no detalló, se da "justo en la víspera" de la cumbre, en la que el país invasor participa, lo que, a su parecer "traiciona su voluntad de diálogo".
No obstante, la primera ministra recordó que Italia ha "tomado otras decisiones" en su apoyo a Kiev, concentrándose en "el tema de la defensa aérea y de las poblaciones civiles".
"Nosotros hemos garantizado y garantizamos nuestro apoyo a Ucrania", refirió.
Meloni, este año presidenta de turno del G7, abogó por mantener el "frente occidental", más allá de lo que pueda ocurrir cuando regrese Donald Trump a la Casa Blanca, y restó importancia a la conversación telefónica entre el canciller alemán, Olaf Scholz, con el presidente ruso Vladimir Putin.
"Creo que todos se dan cuenta de cuál es la razón del conflicto ucraniano y creo que, a día de hoy, no se da una disponibilidad de Rusia a dialogar. No es la primera vez que un líder occidental, que claramente apoya a Ucrania, habla con Vladimir Putin, ha ocurrido desde el comienzo del conflicto", dijo.
Sus palabras se producen poco después de que el Ministerio de Defensa ruso haya confirmado el primer ataque ucraniano con misiles balísticos de fabricación estadounidense, de los que cinco fueron derribados y un sexto impactó en la región fronteriza de Briansk sin causar daños.
El presidente saliente de Estados Unidos, Joe Biden, ha permitido a Kiev usar misiles de largo alcance estadounidense contra objetivos en Rusia para defender sus posiciones en la región rusa de Kusrk, donde el ejército de Putin cuenta con apoyo de tropas de Corea del Norte.