En un informe publicado este jueves, la organización, con la que colaboran investigadores de la Universidad de Yale y de la Iniciativa de Rescate Cultural del Instituto Smithsonian, identificó 1,501 ejemplos de patrimonio con una alta probabilidad de haber resultado dañados entre el 24 de febrero y el 31 de agosto de 2022.
De estos, 658 son monumentos; 488 son lugares religiosos; 115 son museos; 99 son bibliotecas o archivos; 97 son edificios de relevancia patrimonial; 11 son excavaciones arqueológicas; 9 son centros culturales; y 24 son lugares sin determinar.
El informe habla de "daños potenciales" ya que su metodología de identificación se basa en analizar entradas en redes sociales o imágenes obtenidas por satélite, no en la observación directa sobre el terreno.
La organización recordó que el patrimonio cultural está protegido por leyes internacionales que se aplican tanto a Rusia como a Ucrania.
Desde que comenzó la invasión ordenada por el presidente ruso, Vladímir Putin, diversos grupos y organizaciones internacionales -como la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco)- han dado la voz de alarma sobre los daños al patrimonio que la guerra está provocando.
El mes pasado, el Ministerio de Cultura e Información de Ucrania anunció que pedirá a la Unesco incluir la ciudad de Odesa en su Lista de Patrimonio Mundial.
El ente de Naciones Unidas, por su parte, se comprometió a desplegar nuevas medidas de protección del patrimonio en el país.