Mandela sigue respondiendo al tratamiento, según el presidente de Sudáfrica

El expresidente sudafricano Nelson Mandela sigue respondiendo al tratamiento en su casa de Johannesburgo, donde continúa en estado crítico bajo cuidados intensivos tras abandonar el hospital el pasado 1 de septiembre, informó hoy el presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma.

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Vista de numerosas cámaras de medios locales e internacionales que hacen guardia a las puertas de la casa del expresidente sudafricano Nelson Mandela, en Johannesburgo (Sudáfrica).

"Nuestro venerado presidente Nelson Mandela continúa respondiendo al tratamiento en su casa", dijo Zuma desde Nueva York, donde participa en la Asamblea General de la ONU.

"Su familia y nuestro pueblo han recibido con calidez el apoyo que (Mandela) continúa recibiendo de la comunidad internacional", añadió el actual jefe del Estado, en un discurso citado por la agencia sudafricana de noticias, Sapa.

"Este apoyo nos hace sentir llenos de humildad y muy agradecidos", añadió Zuma, cuando se cumplen 25 días del traslado de Mandela, de 95 años, a su domicilio.

La vivienda del que fuera el preso político más famoso del mundo fue reconfigurada para permitir que Mandela pueda recibir allí el mismo tratamiento que en el hospital de Pretoria, donde estuvo internado durante casi tres meses.

Mandela fue ingresado el pasado 8 de junio en un centro médico de la capital sudafricana en estado grave, debido a una recaída de una infección pulmonar.

En la última información divulgada sobre su estado, Zuma aseguró el pasado 3 de septiembre que la vuelta a casa de Mandela "demuestra los progresos que ha hecho".

Pese a las reiteradas señales de mejoría transmitidas por la Presidencia, Mandela no ha salido del estado crítico desde que su situación empeorara, el pasado 23 de junio.

Nelson Mandela contrajo los problemas respiratorios que ahora padece durante su estancia de 27 años en las cárceles del régimen racista sudafricano del "apartheid".

Mandela fue elegido en 1994 primer presidente negro de Sudáfrica, en las primeras elecciones en que pudieron votar todos los ciudadanos del país austral sin distinción de raza.

El icono mundial de la resistencia al sistema segregacionista lideró junto al último presidente del régimen racista, Frederik de Klerk, una transición a la democracia que hizo posible la convivencia pacífica entre razas, lo que les valió a ambos el premio Nobel de la Paz en 1993. (EFE)